Muchas veces hemos pensado en todas las actividades de ocio que haríamos si tuviéramos más tiempo libre. En la tercera edad, la persona (ya jubilada) puede disponer de su tiempo libre para hacer lo que quiera respecto a tareas y actividades de ocio. Pero además este ocio tiene muchos beneficios, que en seguida describiremos, y entre los cuales está el beneficio de la salud.
Además de todos estos aspectos, a través del ocio podemos conseguir que nuestros mayores lleven a cabo actividades para potenciar su salud y su calidad de vida.
La Organización Mundial de la Salud define la Educación para la Salud como “el proceso educativo dirigido a dotar a las personas y a la comunidad de la capacidad de aumentar su control sobre los factores que tienen influencia sobre su salud”.
Podemos hacer educación de la salud a través del ocio, algo que se considera lúdico o de entretenimiento, pero como hemos visto tiene múltiples beneficios para la persona. Sin embargo, para poder lograr nuestro objetivo, las actividades de ocio deben ser debidamente programadas, establecer unos pasos y definir lo que queremos conseguir. Es la única manera de que sea a la vez enriquecedor y favorecedor para la persona y su salud.
El ocio lo podemos dividir en 4 grandes grupos:
Dentro de estos cuatro grandes grupos podemos encontrar diferentes características para promover la salud y el bienestar. Quizá, el ocio sedentario es el menos conveniente por su poca movilidad, pero eso no quiere decir que sea mejor o peor, o que no pueda promover la salud de la persona, aunque sea a un ámbito de comodidad y serenidad.
Lo que debemos intentar es que nuestros mayores tengan un ocio saludable. Una persona de la tercera edad no puede tener las mismas características físicas que un adulto joven pero sigue siendo igual de importante que cuide de su salud, que se mantenga ágil en la medida de sus capacidades o limitaciones y que lleve unas pautas saludables tales como una dieta mediterránea y ejercicio físico regular.
Como habrás podido ver, hay muchas actividades de ocio que por sí solas ya lo fomentan. Por ejemplo, el hecho de que una persona mayor acuda a un centro de día todas las mañanas a relacionarse ya implica el hecho de que esa persona tenga que desplazarse y, por tanto, camine media hora al día. Aquí favorecemos el estado físico, el mental y el social.
Dedicarse con entusiasmo a algo que nos gusta o que realmente nos apasiona es, en sí mismo, una opción de ocio saludable. Ejemplos de ello serían: escuchar música, bailar, nadar o pasear. Además de estas opciones tan sencillas, hay un abanico de posibilidades que se ofrecen a las personas mayores y que pueden ayudarles a disfrutar de su tiempo libre y cuidar de su salud al mismo tiempo:
¿Qué otras actividades añadirías a estos listados? ¡Esperamos vuestros comentarios!
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