No cabe duda que el consumo de productos de Cosmética Natural está en auge y cada vez las personas están más interesadas en el cuidado de su piel no solo desde el punto de vista estético, sino también, de salud. Por ello, se interesan en productos cuyos ingredientes sean lo más natural posible y, mejor aún, si son respetuosos con el medio ambiente.
Ante esta demanda, cada vez son más los fabricantes de productos de cosmética natural y ecológica u orgánica, quienes para diferenciarse de los fabricantes de cosméticos convencionales deben contar con un certificado ecológico que confirme su procedencia.
Actualmente, en la Unión Europea no existe una normativa que defina los requerimientos que debe cumplir un producto de cosmética natural en cuanto a ingredientes permitidos y no permitidos, su origen o procedencia, porcentajes de ingredientes naturales, ecológicos o de síntesis, definición de un etiquetado, entre otros criterios.
Por este motivo existen empresas del sector privado que ofrecen a los fabricantes de productos de Cosmética Natural, certificaciones y sellos de calidad que sirven para incluir en el etiquetado de sus productos, con el fin de asegurar al consumidor que los cosméticos naturales o ecológicos que utilizan o encuentran en el mercado, realmente lo son.
De esta manera, los consumidores pueden diferenciarlos de aquellos que se anuncian como “naturales” pero no lo son, pues su composición está basada solo en ingredientes sintéticos y si contienen alguno de origen natural o ecológico es una ínfima cantidad.
Por otro lado, a estos productos se les atribuyen diferentes términos como, ecológico, orgánico o natural que también pueden causar confusión y hacerles pensar que son productos diferentes, sobre todo, si no se está informado sobre el tema. Por ejemplo, cuando se trata de productos cuyos ingredientes proceden en un 95% de la agricultura ecológica, en castellano se define como cosmética ecológica, en francés se emplean los términos ecologique et biologique (ecológico y biológico), en inglés organic (orgánico) y en alemán biokosmetik (biocosmético).
La existencia de estas certificaciones provienen de asociaciones de agricultores, comerciales farmacéuticas, consumidores concienciados con el cultivo ecológico y sostenible, y ante la desleal competencia de la cosmética convencional, quienes atribuyen en sus argumentos publicitarios términos de origen natural o bio o ecológico, generando en los consumidores la idea de que sus productos pertenecen a la cosmética natural cuando en realidad no es así, o emplean imágenes de colorido verde que asemejan a lo natural para atraer a los consumidores.
A nivel europeo, existen diferentes tipos de aval o sellos de calidad, cada uno con sus particularidades, un hecho que, a veces, puede resultar confuso y requiere de un buen entendimiento por parte del consumidor.
Como se ha mencionado anteriormente, la finalidad del sello de calidad es confirmar al consumidor que el producto que lo lleva pertenece al grupo de cosméticos naturales o cosméticos ecológicos u orgánicos, sirviéndole de guía cuando va a realizar una compra.
También tienen en cuenta los aditivos, por ejemplo: los emulgentes han de ser de origen vegetal y los conservantes deben ser sumamente parecidos a los que se pueden encontrar en la naturaleza.
Prohíben la experimentación con animales y los ingredientes modificados genéticamente.
El resto de ingredientes aunque tengan origen sintético deben pertenecer a la lista de sustancias permitidas que poseen. El uso de aditivos puede estar permitido, pero deberá ser justificado su empleo en el producto.
Este sello define a un “cosmético natural” como aquel que contiene un 95% de ingredientes de origen natural, se incluye el agua. Y un 5% de los ingredientes pueden proceder de la síntesis química, siempre y cuando dichos ingredientes se encuentren dentro del listado de sustancias permitidas. Además, un mínimo del 5% de estos ingredientes debe ser procedente de la agricultura ecológica, representando al 50% de los ingredientes vegetales. También tiene en cuenta que los procesos de fabricación empleados sean respetuosos con el medio ambiente.
Y, considera como “cosmético ecológico” a aquellos que contengan un mínimo del 95% de ingredientes de origen natural y un 5% de ingredientes procedentes de la síntesis química (de la lista permitida), pero en este caso los ingredientes que proceden de la agricultura ecológica deben superar el 10% representando hasta el 95% de los ingredientes vegetales.
Como se puede ver en el mercado de los cosméticos naturales y ecológicos no todos los que podemos encontrar realmente lo son. Por este motivo, resulta interesante conocer que certificados ecológicos o sellos de calidad existen en el mercado, de esta forma se puede tener una mayor seguridad de los cosméticos naturales que se pueden adquirir en el mercado sin dejarnos llevar solo por la publicidad.
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