Alimentación equilibrada en personas en situación de dependencia

La alimentación es una de las necesidades básicas de la vida diaria. Una correcta alimentación favorece la adecuada nutrición que nuestro organismo necesita para funcionar. Si bien es cierto que cada persona tiene unas necesidades nutricionales distintas y precisa de una valoración en cada momento, en este post intentaremos comprender por qué la alimentación es fundamental en las personas en situación de dependencia.
Hablando de dependencia
Primero es necesario recordar lo que hemos visto en anteriores post sobre la dependencia. La dependencia es la situación en la que se encuentran aquellas personas que por diversas causas (edad, enfermedad, discapacidad, etc.) que han perdido parte o toda su autonomía física, mental, intelectual o sensorial y necesitan de la ayuda de otra persona para poder realizar las actividades básicas de la vida diaria (alimentación, higiene, descanso, eliminación o movilidad funcional). No se debe confundir dependencia con discapacidad. Existen personas con diferentes grados de discapacidad que sin embargo, pueden realizar sus actividades básicas sin necesitar de ayuda técnica o humana.
La dependencia es una situación que puede afectar a personas de cualquier edad. Si bien es cierto que suele ser más común en la etapa de la vejez, ya que empiezan a manifestarse las primeras limitaciones en la vida diaria, ya sea por envejecimiento, procesos mentales o enfermedades incapacitantes.
En las personas de tercera edad es fundamental mantener un adecuado funcionamiento de las necesidades más básicas, entre ellas la alimentación. Las personas mayores tienen más riesgo de sufrir desnutrición o deshidratación y por ello es importante prestar atención a este punto. Está demostrado científicamente que una alimentación adecuada contribuye a mantener un buen estado de salud y por tanto ayuda en la prevención de enfermedades concomitantes o empeoramiento de las ya existentes.
¿Cómo debe ser una alimentación para una persona en situación de dependencia?
La alimentación para cualquier persona debe ser equilibrada. Se pone como ejemplo la dieta mediterránea en la cual se tratan de combinar los hidratos de carbono, proteínas y grasas en función de las necesidades de nuestro organismo.
Existen unas recomendaciones generales para la alimentación, que podemos aplicar a cualquier persona en situación de dependencia:
- Hacer 5 comidas al día.
- Incluir ingesta de verduras y frutas, al menos 5 raciones al día. Además se fomenta el consumo de verdura y fruta de temporada que contienen más vitaminas y minerales.
- Moderar el consumo de carne roja y evitar consumo de carnes grasas y embutidos.
- Cuidar la ingesta de sal y azúcar.
- Evitar alimentos muy procesados y/o precocinados.
- Uso de aceite de oliva virgen mejor que aceites de orígenes vegetales.
- Ingesta hídrica adecuada.
- Evitar el consumo de alcohol y moderar el consumo de bebidas estimulantes, tipo café.
Sin embargo cada persona necesita además adaptar sus necesidades nutricionales a su situación. Lo que hoy describimos son recomendaciones generales que se podrán adaptar en cada caso en particular.
La persona que ya presenta una situación de dependencia probablemente ya ha manifestado necesidades específicas en el ámbito de la alimentación y nutrición.
Existen distintas enfermedades o situaciones físicas que precisan de un aporte extra de algún nutriente o grupo de nutrientes. Por ejemplo, una persona que presenta anemia, necesita aporte extra de hierro. Una persona con baja masa muscular es probable que le recomienden que eleve su ingesta de proteínas.
Otro ejemplo sería aquellas personas en situación de dependencia que además presentan dificultades con el masticado. Habría que adaptar su dieta para que fuera de consistencia adecuada: alimentos blandos y texturas fáciles de masticar (como los purés).
Las dietas deben ser completas a nivel nutrición pero a la vez deben ser de fácil obtención y elaboración. Es decir que sean alimentos fáciles de conseguir y de preparar, por la persona o su cuidador. En el caso de que la persona en situación de dependencia, tenga a un cuidador responsable de su alimentación, dicho cuidador debe estar debidamente formado en la importancia que tiene la alimentación y cómo poder realizar una dieta adecuada para la persona.
Desde el punto de vista de alimentación y nutrición lo recomendable es que todas las pautas vengan dadas por un especialista que valore la situación integral de la persona y sus necesidades. Los equipos de profesionales especializados nos podrán asesorar sobre las recomendaciones particulares para poder llevar una alimentación adecuada en la persona con dependencia.
En conclusión, una alimentación y nutrición adecuadas es una de las necesidades más básicas de la persona en situación de dependencia. Debemos conocer las recomendaciones generales y seguir los consejos de los profesionales especialistas que nos ayudarán a manejar cada situación de manera individual, adaptándonos a la persona y favoreciendo un cuidado integral, y por tanto, una mejora en su salud y calidad de vida.
¿Crees que existe alguna otra recomendación para la alimentación de una persona en situación de dependencia? ¿Opinas que la nutrición y alimentación es una necesidad básica? Cuéntanos tu experiencia en este tipo de situaciones.
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