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¿Qué es la alimentación funcional?

¿Qué es la alimentación funcional?

Escrito por Mireya García

Un alimento funcional es aquel que ha demostrado de manera satisfactoria que posee un efecto beneficioso sobre una o varias funciones específicas del organismo, además de los efectos nutricionales.

Se recomienda seguir con una dieta sana, variada y equilibrada, ya que es la mejor manera de prevenir enfermedades, pero cabe destacar que el estilo de vida occidental en muchos casos ha provocado que se abandonen ciertos hábitos de vida y alimentación saludables, y esos desequilibrios y desajustes en la alimentación en muchos casos están relacionados con un aumento de enfermedades.

Es importante destacar que si llevamos una alimentación equilibrada y dotada de todos los micronutrientes y macronutrientes ya va a ser funcional, es decir, no hace falta ingerir alimentos funcionales si no se tiene ninguna carencia y se lleva una dieta adaptada a las necesidades específicas de cada persona.

En cuanto al etiquetado el envase debe contener el aporte real del componente y en cuanto a la publicidad no se puede atribuir propiedades preventivas, de tratamiento o curación de enfermedades.

 

Entre los alimentos funcionales encontramos:

  • Nutrientes:

Omega 3:

Que pueden ser interesantes para prevenir la formación de trombos, además el omega 3 nos puede servir de ayuda también para algunas enfermedades como la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, lupus entre otras gracias a su acción antiinflamatoria.

Colina:

La colina es una amina que realiza aportes fundamentales en el desarrollo del cerebro. No en vano, su déficit se asocia a problemas neuronales, por lo que muchas personas la utilizan como suplemento para la memoria.

Vitaminas antioxidantes:

Vitaminas A, C y E que desempeñan un papel importante en las enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo como el envejecimiento, cáncer etc.

Minerales:

Por ejemplo el calcio, el magnesio y el zinc que nos ayudan a prevenir el riesgo de osteoporosis y fortalecen el sistema inmunitario.

Calcio:

Las propiedades del calcio hace que sea el más importante de los minerales vinculados al crecimiento, al mantenimiento y a la reproducción del cuerpo humano, y como no ayuda al fortalecimiento de los huesos y los dientes, manteniéndolos, fuertes y sanos.

Magnesio:

El magnesio es fundamental en el funcionamiento del sistema nervioso, la actividad del corazón, las arterias, las venas, y en la transmisión de los impulsos a los distintos músculos. Una dieta rica en magnesio protege antes la enfermedad isquémica miocárdica, la muerte súbita y la hipertensión arterial.

Zinc:

El cinc tiene un papel específico en más de 300 encimas que participan en todas las reacciones bioquímicas importantes del cuerpo humano. Tiene un efecto directo en el crecimiento, desarrollo neurológico y en el sistema inmune

  • No nutrientes:

Fibra soluble:

La fibra soluble equilibra el nivel de colesterol, previene el cáncer de colon, combate las subidas de glucosa en sangre y también ayuda a regular el tránsito intestinal.

Probióticos:

Los probióticos están destinados a mejorar la población de bacterias beneficiosas intestinales. La inulina y los fructooligosacáridos son los prebióticos más estudiados. Principalmente se les atribuyen propiedades en relación con el estreñimiento, diarreas por infección, osteoporosis, arteriosclerosis, obesidad y diabetes mellitus tipo 2, entre otras patologías.

Prebióticos:

Los prebióticos son las sustancias o alimentos que “dan de comer” a nuestra microbiota intestinal.

Elementos fitoquímicos:

Entre ellos encontramos los fenoles y terpenos.

Fenoles:

Los fenoles han sido ampliamente estudiados debido a las características que exhiben frente al estrés oxidativo (como antioxidantes) en los seres humanos, especialmente en aquellos que padecen patologías metabólicas como la obesidad, la diabetes o alguna condición cardiovascular.

Terpenos:

Entre los terpenos suelen destacar dos grupos, los carotenoides y esteroides, entre sus funciones destacan la potente actividad antioxidante, efecto protector sobre las enfermedades crónico-degenerativas, control del colesterol y salud ocular entre otras funciones.

 

Es un requisito de los alimentos funcionales que sigan siendo un alimento, de modo que si se consumen por ejemplo en forma de píldoras, cápsulas, polvos, etc. no se pueden llamar así.

 

Entre los alimentos funcionales encontramos:

  1. Leches enriquecidas con diversos nutrientes, con calcio, con omega 3, vitaminas A y D, ácido oleico etc.
  2. Leches infantiles o de continuación enriquecidas en vitaminas, minerales y ácidos grasos.
  3. Yogures enriquecidos: contienen calcio y vitaminas A y D, ayudan al desarrollo de los huesos y dientes.
  4. Productos lácteos fermentados enriquecidos en fructo-oligosacáridos (FOS) (prebióticos).

Presentan los efectos beneficiosos descritos en apartados anteriores para la fibra alimentaria.

  1. Margarinas enriquecidas con fitoesteroles para disminuir el colesterol.
  2. Sal yodada
  3. Huevos enriquecidos: con ácido y omega 3, puede reducir riesgo de enfermedades cardiovasculares.

En conclusión estos alimentos no son indispensables en nuestra alimentación, si bien en algunas ocasiones pueden ofrecer beneficios para la salud, su consumo siempre tiene que ir acompañado de una alimentación equilibrada, práctica de ejercicio físico adaptado a nuestras necesidades y una buena gestión emocional, ya que si una persona ingiera todos los nutrientes que necesita no va a necesitar recurrir a este tipo de alimentos.