Podemos definir el mindfulness como la actitud de prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar. Se trata de una definición genérica que incorpora sutiles procesos de autoobservación, motivación y capacidad de decisión. Para profundizar más, vamos a analizar los diferentes aspectos que intervienen en el mindfulness.
Aspectos centrales del Mindfulness
Para comprender mejor los mecanismos que se ponen en marcha con el mindfulness, veamos brevemente los elementos centrales que rigen su práctica:
El entrenamiento en mindfulness
La práctica del mindfulness ha ayudado a millones de personas en todo el mundo a tomar conciencia de cómo se relacionan con el momento presente. Al incentivar su capacidad de atención, momento a momento, son capaces de reducir el estrés, el miedo y la ansiedad que les genera el futuro o la tensión del día a día.
Al abrirse a la experiencia de estar atentos, los practicantes del mindfulness aprenden a detener la mente en un punto determinado, que es el aquí y ahora. Pero para llegar a experimentar esa sensación se necesita entrenamiento.
Cuando dirigimos la atención a nuestra propia mente nos damos cuenta de que está sometida constantemente a una enorme cantidad de estímulos internos y externos. A nivel racional es muy difícil aceptar que no tenemos ningún control sobre nuestros pensamientos, emociones, sensaciones, percepciones, intuiciones o recuerdos.
La atención plena es una manera de conocer que no se centra en la razón, sino en la experiencia. No queremos que las cosas cambien de la noche a la mañana. Simplemente nos observamos con una atención intencionada que, aunque divaguemos, nos devuelve siempre al momento presente, entrenando de esa forma el mecanismo que queremos poner en práctica.
La motivación principal que puede inspirarnos es que gracias al entrenamiento podremos comprender mejor lo que nos pasa, por lo que en lugar de dejarnos llevar por el miedo, la cólera, la rabia o la indefensión, estaremos más preparados para hacernos cargo de nuestras emociones sin causarnos daño y sin sufrir.
Preparar la mente y enseñarla a reconocer y abandonar hábitos negativos para centrarse en aquello que le puede producir emociones positivas es un aprendizaje muy valioso. El mindfulness, en tanto que conjunto de técnicas de meditación, es la herramienta que nos permitirá una mejora notable de nuestra intuición y nuestras capacidades perceptivas. Esto nos ayudará a gestionar mejor las experiencias que nos suceden en el día a día, renunciando a cambiarlas y eligiendo deliberadamente estar presentes. Se trata de técnicas muy sutiles que nos pueden ayudar a superar problemas cotidianos como el insomnio, la falta de concentración, la ansiedad, el perfeccionismo o el pensamiento recurrente. Así mismo, es preciso comprender que el entrenamiento en mindfulness es un proceso gradual que nos ayuda a conocernos y a estar presentes con nosotros mismos.
¿Has practicado mindfulness de manera regular? ¿Cuál de sus elementos piensas que te ha ayudado más en el proceso de trabajar la atención plena?
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