Mostrar más resultados

Consejos de pediatría ante el virus boca – manos – pie

Consejos de pediatría ante el virus boca – manos – pie

Escrito por Giuliana Carranza

Aunque la enfermedad del boca – manos – pie puede darse también en adultos y niños mayores, esta es una afección que afecta claramente a bebés y a niños pequeños, generalmente menores de 5 años, por lo tanto es un problema típico de las “guarderías” infantiles. Tanto es así que muchos padres nunca han oído hablar de esta enfermedad hasta que su hijo entra en la “guarde”. Y, entonces, se encuentran con este frecuente problema del que no saben prácticamente nada. Vamos a intentar explicar de una forma muy práctica en qué consiste, qué hay que hacer para prevenirla, para no propagarla y tratarla una vez que el niño ya ha caído enfermo.

 

Una enfermedad frecuente en pediatría: boca – mano – pie

 

La enfermedad de boca, mano y pie es una enfermedad causada por un virus (en realidad la pueden causar varios tipos de virus diferentes) y empieza con unos síntomas parecidos a un resfriado común como son mucosidad nasal, fiebre, dolor de garganta… Pero después aparece el signo claro y distintivo de esta enfermedad que es el que le da precisamente el nombre: las ampollas y el sarpullido en la boca (sobre todo en las encías, en el paladar, en la parte interior de las mejillas y a los lados de la lengua) en los dedos y en las plantas de los pies y las manos, aunque también pueden aparecer ampollas en las nalgas.

 

¿Qué consejos podemos dar en pediatría para evitar la enfermedad boca – mano – pie?

Debido a que una de las vías de contagio de esta enfermedad es la vía respiratoria, el primer consejo que hay que dar es limpiarnos las manos siempre que hayamos estado en contacto con secreciones nasales del niño. Si el niño es más mayor, hay que enseñarle a lavarse él las manos después de limpiarse la nariz

  • Si el niño tiene la edad suficiente, hay que explicarle que nunca debe toser o estornudar “al aire” o en su mano, si no que debe hacerlo en un pañuelo o en la manga del brazo.

 

  • La otra vía de contagio de esta enfermedad es la vía digestiva: fecal – oral. Por eso es muy importante que los niños no compartan ni vasos, ni botellas de agua, ni cubiertos ni ningún tipo de alimentos.

 

  • Debemos lavarnos muy bien las manos después de cambiar los pañales al niño o después de acompañarlos al baño, especialmente si el niño ha ido de vientre.

 

  • Hay que limpiar y desinfectar con frecuencia las superficies y los juguetes con los que juega el niño y que puedan haber estado en contacto con su saliva o sus mocos.

 

  • Es aconsejable no llevar al niño a la escuela mientras tenga fiebre, si tiene muchas ampollas abiertas o si babea mucho debido a las ampollas de la boca, puesto que en este caso será muy fácil que contagie la enfermedad a los otros niños.

 

  • Hay que tener presente que un niño que ya pasado la enfermedad puede volver a contraerla, puesto que a parte del hecho de que la mayoría de los virus no dejan inmunidad, además, en este caso, no debemos olvidar que la enfermedad boca – mano – pie, puede ser producida por distintos tipos de virus. Por eso debemos aplicar las medidas preventivas siempre y en todos los niños, hayan padecido o no la enfermedad.

 

Qué consejos podemos dar en pediatría para tratar la enfermedad boca – mano – pie

Debido a que es una enfermedad vírica, esta no tiene tratamiento curativo sino solo paliativo, es decir, para aliviar los síntomas. Vamos a ver pues los consejos que podemos dar una vez que el niño ya ha contraído el virus:

  • Para aliviar el dolor que suelen tener en la boca y también para bajar la fiebre, se pueden dar antiinflamatorios o analgésicos, dependiendo de la edad del niño. Por lo general, se puede dar ibuprofeno si el niño es mayor de 1 año y paracetamol si tiene menos de un año.

 

  • Hay que procurar que el niño o el bebé beba muchos líquidos ya que el dolor en la boca suele hacer que disminuya la ingesta tanto de comida como de bebida y esto podría llevar fácilmente a que el niño se deshidratara.

 

 

Como vemos, aunque no es una enfermedad grave, sí que es una enfermedad que puede propagarse fácilmente en las escuelas infantiles y que puede llegar a ser muy molesta para los niños. ¿Conoces algún niño que se haya contagiado con esta enfermedad? ¿Y algún adulto? ¿Qué síntomas pudiste observar? ¿Eres partidario/a de que los bebés y los niños se queden en casa siempre que tengan algún tipo de enfermedad contagiosa hasta que esta esté totalmente curada o por el contrario crees que el niño puede acudir a la escuela siempre que se apliquen las medidas preventivas necesarias?