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¿Qué hacer ante una fiebre alta en niños?

¿Qué hacer ante una fiebre alta en niños?

Escrito por Laura Garbayo

Actualmente tenemos a nuestro alcance un gran abanico de información que nos aporta datos de todo lo que queremos saber. Pero en muchas ocasiones, la situación que se nos puede presentar ante nuestros ojos, no es fácil de resolver, por muchos datos que conozcamos. Un claro ejemplo de ello es cómo actuar cuando un niño presenta fiebre alta.

 

La fiebre alta en niños

Podemos definir la fiebre como el aumento temporal en la temperatura del cuerpo en respuesta a alguna enfermedad o sufrimiento de nuestro organismo. Se considera que un niño tiene fiebre cuando su temperatura está en o por encima de 38°C (medida en las nalgas, rectal), de 37.2°C (bajo el brazo) y de 37.5°C (medida en la boca).

 

Es muy importante tener presente que la fiebre nos está avisando de que algo no va bien. En ese caso es muy importante buscar la causa y por lo tanto, tras el diagnóstico, llevar a cabo un tratamiento. La mayoría de las bacterias y virus que causan las infecciones proliferan a 37°C, y cuando mayor es la temperatura, más se desarrollan. En muchos casos, los bebés y niños presentan fiebre alta como respuesta a enfermedades virales menores. Hemos de tener presente que la fiebre está luchando a favor de nuestro organismo y no en contra de este. También existen las denominadas FOD; fiebres inexplicables que continúan por días o semanas.

 

Cuando hablamos de niños se abarcan muchas edades. Hay que tener en cuenta que cuando un pequeño es menor de 1 año y presenta fiebre igual o superior a los 38°C, siempre hay que valorar al niño en un centro médico. Por otro lado, cuando los menores superan la edad del año, es también muy importante valorar al niño, pero en muchas ocasiones, la urgencia no es inmediata, ya que patologías comunes pueden acarear fiebres altas. En cualquiera de los casos si el pequeño presenta dificultad al respirar, alteración del nivel de consciencia, dificultad al moverse, llanto incontrolable e irritable, color cianótico, estridor en la respiración, fiebre que no cede con antipiréticos o cualquier síntoma que nos haga dudar, siempre se ha de consultar con un especialista.

 

En algunos casos, la presencia de fiebre puede acarrear conclusiones febriles. Esto no es más que una convulsión derivada de la alta temperatura. En caso de que ocurran, es muy importante mantener la calma, dejar al menor en un lugar donde no pueda hacerse daño y llamar al servicio médico. Las conclusiones por si solas no suelen acarrear daños, lo que ocurre es que en algunas ocasiones los menores se golpean con algún mueble y eso les causa una lesión. Las convulsiones febriles ocurren con mayor frecuencia en niños sanos de 9 meses a 5 años de edad, y casi siempre se dan en las primeras 24 horas de una enfermedad. En algunos casos las convulsiones son hereditarias.

 

Las principales causas de fiebre alta en niños son:

 

  • Infecciones óseas o cutáneas
  • Meningitis
  • Apendicitis
  • Gastroenteritis viral o bacteriana
  • Infección respiratoria

 

Las medidas a tener en cuesta en casa son:

 

  • Lavarse siempre las manos
  • Evitar los excesos de ropa
  • Baño tibio, no muy aliente ni frío
  • No hacer fricciones con alcohol
  • Evitar envolver si se tienen escalofríos
  • Administrar el tratamiento prescrito por el médico
  • Vigilar signos de alarma
  • Mantener una correcta hidratación oral
  • No obligar a comer si no apetece

 

Es importante que ante un episodio febril, valoremos siempre nosotros mismos al niño. Tal y como se ha comentado anteriormente, si es un bebe inferior a 1 año o presenta sintomatología descrita, es prioritario llevarlo al médico. Ante la duda, siempre es mejor que el menor sea valorado por un especialista. Es normal asustarse la primera vez, y la segunda, pero siempre hay que intentar mantener la mente fría y valorar el estado general del pequeño. Muchos niños con temperaturas muy elevadas están jugando y riendo, y otros, apenas comen y están apáticos. En cualquiera de los casos es importante que quien valore al niño sea un especialista. El sentido común siempre nos guiará.

 

En resumen, saber detectar la temperatura de un menor es sencillo con los termómetros o valorando su estado general. Si el pequeño presenta fiebre elevada hay que valorarlo, y ante una conclusión febril, evitar daños mayores por contusiones externas. Y tú ¿sabrías como actuar si un niño tiene fiebre elevada?