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Cómo adaptar un domicilio para una persona con discapacidad

Cómo adaptar un domicilio para una persona con discapacidad

Escrito por Marina Acera

La adaptación surge cuando se produce un cambio en el estado físico de la persona que requiere que su entorno, en este caso su domicilio, sea capaz de adaptarse a dicho cambio, para que la persona pueda mantener su autonomía.

¿Qué es la discapacidad?

Como ya hemos visto anteriormente, el concepto de discapacidad es muy amplio y en la actualidad su definición es bastante compleja. En este artículo hablaremos de discapacidad como la limitación funcional, consecuencia de una deficiencia, que se manifiesta en la vida cotidiana de una persona. La discapacidad puede ser congénita o adquirida, y a su vez, temporal o irreversible. La persona discapacitada de repente encuentra que su entorno no se adecúa a su situación actual, y su domicilio debe adaptarse a sus necesidades actuales.

¿Por qué es importante adaptar el entorno ante una discapacidad?

En un artículo anterior de este mismo blog, hablábamos de las barreras arquitectónicas que la persona con discapacidad se encontraba en su día a día. A veces, la primera barrera que se encuentra es su propio domicilio. Si la persona no se siente autónoma en su propia casa, difícilmente podrá sentirse autónoma en el resto de espacios. El domicilio es el punto clave, es dónde se originan las necesidades más básicas. Si la persona con discapacidad encuentra que las características de su domicilio no le ayudan a ser autónoma en su vida cotidiana, puede llegar a sentirse frustrada o fracasada. De aquí la importancia que tiene adaptar un domicilio para una persona con discapacidad.

Sin embargo, depende de la discapacidad que la persona presente, el domicilio deberá adaptarse de una manera u otra. No es lo mismo una discapacidad visual de un invidente, que una discapacidad motora de un usuario de silla de ruedas. Veremos a continuación las características generales que debe tener un domicilio para una persona con discapacidad, teniendo en cuenta que éstas pueden variar en función de las circunstancias.

Cómo adaptar una vivienda para una persona con discapacidad

El grado de adecuación de un domicilio equivale directamente a una mayor seguridad y eficacia en el desenvolvimiento y facilidad de ejecucción de las tareas, lo que potencia la autonomía.

Estructura general de la casa

El domicilio debe tener pasillos anchos para permitir el paso de usuarios con ayudas para la deambulación (sillas de ruedas, andadores, muletas). No puede haber desniveles dentro de la casa, y si los hubiera, deben ser salvados con rampas, nunca peldaños. Los colores de la vivienda deben ayudar a la movilización dentro de la casa: por ejemplo, los marcos de las puertas y ventanas deben contrastar con el resto de estructuras.  La iluminación debe ser adecuada, si es posible iluminación natural, y si no adecuar las lámparas y bombillas a cada actividad. No debe haber ningún tipo de obstáculo que pueda dificultar el movimiento: plantas, muebles, alfombras…

La habitación

La cama debe tener una altura adecuada, ni muy alta ni muy baja. Evitaremos muebles que puedan entorpecer el paso. Las puertas de los armarios deben ser correderas para facilitar el acceso. Se deben disponer todos los útiles diarios de la persona siempre en los mismos sitios, a los que pueda acceder fácilmente. Se recomiendan interruptores de luz cerca de la cama.

El baño

El baño es el lugar más peligroso del domicilio. Al haber humedad puede haber resbalones y caídas. Es importante que la altura de todos los muebles y sanitarios sea correcta. Se pueden colocar asideras al lado de la ducha y el wc para ayudar a la persona a su utilización y manejo. Siempre es mejor un plato de ducha que una bañera, ya que facilita el acceso. El suelo debería ser antideslizante.

La cocina

La cocina también es un sitio del domicilio donde pueden ocurrir accidentes domésticos. En la cocina tenemos instrumentos cortantes y punzantes (cuchillos) y aparatos eléctricos. No se deben situar juntos el fregadero y los fuegos para cocinar. Las esquinas de los muebles deberán estar redondeadas para evitar golpes. Los electrodomésticos deben ser sencillos y de fácil manejo.

Todas estas características del domicilio forman parte de lo que denominamos accesiblidad. Que es la adaptación de un entorno a una persona con discapacidad para que pueda hacer uso del mismo independientemente de su condición. A parte de esta accesibilidad existen numerosos dispositivos técnicos que son pequeños instrumentos, que también pueden ayudar a la persona con discapacidad a desenvolverse mejor dentro de su domicilio.

¿Te habías parado a pensar alguna vez sobre la importancia de la adaptación del domicilio? ¿Crees que es necesario tenerlo en cuenta antes de que surja la discapacidad? ¿Qué crees que se debería mejorar en los domicilios o en los lugares públicos para adaptarlos a las personas con discapacidad? ¡Danos tu opinión!