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Guía: Cómo atender a personas mayores

Guía: Cómo atender a personas mayores

Escrito por Marina Acera

El envejecimiento de la población es un hecho hoy día.  Los avances sociales, económicos y médicos hacen que la esperanza de vida haya aumentado considerablemente en los últimos años. Esto significa que dentro de la sociedad existe un grupo de personas mayores, que va en aumento, y que como cualquier individuo necesita ser atendido.

¿Qué necesitan nuestros mayores?

Para poder ayudar a las personas mayores o proporcionarles unos cuidados adecuados, primero debemos saber cuáles son sus necesidades. La definición de persona mayor o anciana es bastante relativa. Tradicionalmente se considera que a partir de los 65 años empieza la tercera edad.  Pero este grupo de “tercera edad” no es un grupo homogéneo. Cada persona, en función de las experiencias vitales, desarrolla procesos cognitivos, destrezas o sensibilidades específicas. Por tanto, no todos los individuos envejecen de la misma manera. Por este motivo, para atender a una persona mayor es necesario hacer un análisis individual. Además, este análisis debe ser continuo, ya que durante el periodo de la tercera edad, las necesidades del individuo pueden ir cambiando.

Las necesidades de las personas mayores son las mismas que cualquier otro individuo. Podemos hablar de:

– Necesidades básicas, como por ejemplo: la alimentación, la higiene, el descanso o la eliminación.

– Necesidades psicosociales, como pueden ser: sentir afecto y recibirlo,  estabilidad emocional,  relaciones sociales con otras personas, autoestima o seguridad dentro de un entorno.

La diferencia dentro del grupo de personas mayores, es que debido a su envejecimiento, pueden existir ciertas barreras físicas o cognitivas que les impidan ser capaces de cumplir sus necesidades de manera autónoma. Es entonces cuando surgen los apoyos a las personas mayores.

¿Cómo atender a personas mayores?

Guia asistencia personas mayores from Deusto Salud

Para atender a una persona mayor se hace imprescindible una valoración previa de la situación actual. Conocer en qué medida la persona es capaz de satisfacer sus necesidades o qué grado de ayuda necesita. Una vez hecho este análisis, podemos ofrecer a la persona mayor una atención personalizada, basada en tres grandes pilares:

Ayuda informal

Es la ayuda que pueden proporcionarle las personas más cercanas: familiares, amigos o vecinos. Se trata de una ayuda puntual para algunas necesidades, ya que la persona es mayormente autónoma. No es una ayuda recompensada económicamente, se hace de manera desinteresada y voluntaria. Un ejemplo sería un familiar que ayuda a la persona a ir a la compra para que pueda comer, o que le ayuda a preparar su medicación. Puede ser también un amigo que lo vaya a visitar de vez en cuando para fomentar relaciones sociales y bienestar psicológico en la persona.

Ayuda formal

Es la ayuda proporcionada por un cuidador. Este cuidador puede ser un familiar de la persona mayor, o una persona ajena al entorno y cualificada en este tipo de tareas. En estos casos, la persona mayor suele tener menos autonomía o ser más dependiente, sobre todo para necesidades de carácter básico. El hecho de que el cuidador sea un familiar no se debe confundir con ayuda informal, aunque lo haga desinteresadamente, ya que el familiar asume un rol de cuidar de manera constante a la persona, se implica y forma parte de su vida diaria.

Dispositivos técnicos

Son ayudas o instrumentos que facilitan que la persona pueda cumplir sus necesidades. Dentro de este grupo encontramos dispositivos pequeños como asideras en la ducha o el baño, o audífonos que permiten que la persona pueda oír y eso no limite sus relaciones sociales. O dispositivos más grandes como andadores o sillas de ruedas.

Esto que hemos descrito es, en líneas generales, la base de cómo atender a personas mayores. Si bien es cierto, que cada persona mayor puede presentar patologías físicas o cognitivas que requieren de una adaptación de nuestros cuidados. El cuidado de una persona mayor con problemas de movilidad, no será el mismo que el cuidado de una persona mayor con Alzheimer. Pero tiene sentido, cada uno de nosotros puede presentar necesidades de un tipo u otro a lo largo de su vida. Por ello debemos seguir los siguientes pasos:

– Valoración individual de las necesidades de la persona

– Planificación de las acciones a realizar

– Ejecucción de los cuidados

– Evaluación de la ayuda ofrecida y de la percepción de la persona mayor

El objetivo fundamental de ayudar a las personas mayores es mejorar su calidad de vida. Es ayudarles a tener una vida plena y satisfactoria, a pesar de los obstáculos que se puedan ir presentando.

¿Por qué debemos ayudar a las personas mayores?

No existe un motivo concreto. Hay personas que lo hacen porque así lo sienten, y personas que lo realizan porque lo han escogido como profesión. En un caso u otro , el beneficio de ayudar a otra persona es altamente gratificante para el que lo realiza.  No se necesitan características específicas para ayudar a una persona mayor, con pequeños gestos podemos colaborar en el bienestar de estas personas.

¿Y tú, sientes que puedes ayudar a una persona mayor cercana? ¿Lo has hecho alguna vez?  ¡Anímate a contarnos tu experiencia y cómo te sentiste!