Qué es la agitación nocturna en ancianos
El Insomnio se define como falta anormal de sueño y dificultad para conciliarlo que se sufre en el momento en que corresponde dormir, así como una dificultad para iniciar o mantener el sueño y puede manifestarse como dificultad para conciliar el sueño (insomnio inicial), despertarse frecuentemente durante la noche o despertarse muy temprano por la mañana, antes de lo planeado (insomnio terminal).
Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), la conciliación, fragmentación o mantenimiento, despertar precoz, sensación de sueño no reparador y paradójico, es el principal motivo de consulta en sueño
Las necesidades básicas de sueño para mantener las funciones y supervivencia del organismo se sitúan sobre una media de 4 o 5 horas de sueño cada 24 horas. El resto de horas que dormimos contribuyen a mejorar nuestro bienestar y mayor calidad de vida, estimando que en una media de 8,3 horas podría encontrarse el punto óptimo de descanso.
En los ancianos el tiempo total de sueño se mantiene igual o disminuye ligeramente (6.5 a 7 horas por noche). Puede ser más difícil quedarse dormido, pasando más tiempo en la cama.
Los ancianos se despiertan en promedio de 3 a 4 veces cada noche, siendo más conscientes del despertar. Los ancianos se despiertan con más frecuencia porque pasan menos tiempo en el sueño profundo. Otras causas incluyen la necesidad de levantarse a orinar (nicturia), ansiedad e incomodidad y dolor por enfermedades crónicas.
La transición entre el sueño y despertarse con frecuencia es abrupta, lo que hace que las personas mayores sientan que tienen un sueño más ligero que cuando eran jóvenes, pasando a pasar menos tiempo durmiendo profundamente y sin soñar.
El insomnio se ha convertido en una epidemia de salud tan importante, ya que está asociado a una reducción drástica de calidad de vida, déficits cognitivos y de memoria, llegando a producir problemas de ansiedad y depresión crónicos. Puede llegar a afectar a nuestro organismo, produciendo Hipertensión, obesidad, diabetes.
Uno de los síntomas más relevantes del insomnio en ancianos es la agitación nocturna.
Esta agitación nocturna puede estar originada por un déficit cognitivo, asociado a una demencia como el Alzheimer, pero además puede que el anciano este condicionado por el dolor, infecciones, interacción de medicamentos, estreñimiento, frustración, hambre, sed, depresión…
Tabla de contenidos
Los síntomas de la agitación nocturna en ancianos son:
- Desorientación, caminar sin propósito, levantarse y sentarse con mucha frecuencia, girar en la cama constantemente
- Confusión, irritabilidad e, incluso, agresividad en algunos casos
- Resistencia a realizar determinadas tareas
- Aumentan las demandas de atención
- Delirio de persecución, llegando a tener alucinaciones
Podemos hablar del síndrome del ocaso o sundownig, asociado a la agitación nocturna en el anciano, este síndrome es un patrón de comportamientos disruptivos recurrentes que aparecen fundamentalmente al atardecer y en la noche y disminuyen o desaparecen durante el día.
En caso de que esta agitación nocturna surge de forma súbita (horas o días) debemos de descartar un delirium, un síndrome en el que la persona se muestra también muy agitada, con alteración de la consciencia y grandes dificultades para centrar y mantener la atención.
Rutinas y buenos hábitos para acostar a una persona mayor
Existen múltiples de rituales que podemos ofrecer a nuestros ancianos antes de irse a dormir, a mí me gustaría destacar unos cuanto:
- Crear un ambiente confortable y relajado en nuestro dormitorio, evitando los ruidos, la radio, televisión, así como regular la intensidad de la luz.
- Generar rutinas, antes de ir a dormir, por ejemplo nos puede funcionar una ducha con agua templada o bien irnos a una hora prudencial a la cama.
- Retirar todos los objetos que puedan interrumpir el sueño, como son los móviles, tabletas, así como no dejar entrar a nuestra mascota a la habitación.
- Tener una temperatura óptima en el dormitorio, es decir climatizar la estancia, para favorecer el descanso, pero teniendo en cuenta que el aire acondicionado puede provocar catarros e incluso contracturas musculares.
- Evitar las comidas pesadas y el alcohol, antes de irnos a dormir, así como las cafeínas. Evitar cenar muy cerca del horario de ir a la cama.
- Tomar alimentos que pueden facilitar el sueño, al llevar un aminoácido esencial que es el Triptófano, como son los plátanos, huevos y la leche.
- Evitar realizar ejercicio intenso a partir de las ocho de la tarde, ya que el deporte genera endorfinas, que nos pueden impedir conciliar el sueño.
- Evitar siestas copiosas durante el día, si tenemos la suerte de poder hacer la siesta, que no sea más de 30 minutos.
- Utilizar la fitoterapia, para favorecer la conciliación y mantenimiento del sueño, se suele utilizar la planta de Valeriana, la Pasiflora y la amapola de California.
- Emplear musicoterapia, ciertas melodías harán que duermas mejor, sobre todo si es música clásica o sonidos de la naturaleza, como ser una cascada, las olas del mar, los pájaros.
- Usar la reflexología que consiste en una serie de masajes manuales en ciertas partes del cuerpo que nos producen una serie de efectos en otros órganos del cuerpo.
Tratamiento
Los medicamentos empleados para combatir el insomnio, son los llamados Hipnóticos, que suelen ser de la familia de las benzodiacepinas, como puede ser el Zolpiden o el Diazepan. Estos medicamentos son recetados por nuestro médico y deben de tener un seguimiento, ya que pueden tener efectos secundarios no deseados, así como dependencia.
La agitación en ancianos, tiene a los Neurolépticos como tratamiento de elección, destacando su efecto sedativo.
El 19 de marzo, se celebra el Día Mundial del Sueño, una fecha donde destacamos el gran valor que tiene dormir bien y de forma confortable.
Bibliografía
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