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Trastornos mentales en la tercera edad que causan dependencia

Trastornos mentales en la tercera edad que causan dependencia

Escrito por Marina Acera

En este nuevo artículo queremos analizar cuáles son los trastornos mentales que se pueden dar en el colectivo de personas mayores y que generan en muchos de los casos una dependencia.

Especializarse en Geriatría y gerontología te permite trabajar con personas mayores de 65 años, un segmento de la población cada vez más importantes y numeroso en las sociedades desarrollos.

¿Qué trastornos mentales en ancianos causan dependencia?

La dependencia es la situación en la que se encuentran aquellas personas que por diversas causas (edad, enfermedad, discapacidad) han perdido parte o toda su autonomía física, mental, intelectual o sensorial y necesitan de la ayuda de otra persona para poder realizar las actividades básicas de la vida diaria (alimentación, higiene, descanso, eliminación o movilidad funcional).

La dependencia suele ser más común en la etapa de la vejez. Las causas más usuales de la dependencia son envejecimiento, procesos mentales o enfermedades incapacitantes. En este caso vamos a comentar los casos en los que se puede producir una dependencia debido a algún trastorno mental.

Trastornos

A grandes rasgos, podemos hablar de trastornos mentales cuando una persona presenta afectado algún proceso psicológico básico como puede ser la conciencia, la conducta, la cognición, la percepción, el lenguaje o el aprendizaje.  Un trastorno mental, por tanto, puede provocar una alteración de tipo emocional, cognitiva y/o del comportamiento, y dicha alteración en función de la gravedad de la misma puede llevar a una situación de dependencia.

La dependencia en muchos de los casos deriva de una discapacidad previa. En España, la mayor parte de las personas con una enfermedad mental tienen a la vez una discapacidad, pero no todas las personas con discapacidad se encuentran en una situación de dependencia. Es por ello que vamos a destacar el caso de las personas mayores, un colectivo ya de por sí vulnerable, pero que además eleva su riesgo a presentar dependencia si hablamos de trastornos mentales en la tercera edad.

Las causas más frecuentes de discapacidad mental suelen ser: el retraso mental, los trastornos del desarrollo, las demencias y la enfermedad mental. En el colectivo de las personas mayores, la dependencia derivada de algún trastorno mental, seguramente sea una dependencia derivada de una demencia.

La prevalencia de los trastornos mentales en la vejez son:

  • Demencia: 5.8 -10%
  • Depresión mayor: 1-3%
  • Distimia: 2%

La demencia es, por tanto, la primera causa de dependencia en las personas mayores.

Demencia

Una demencia no es una consecuencia directa del envejecimiento, sino que está causada por una enfermedad específica. La demencia es uno de los principales trastornos mentales orgánicos y la primera causa de dependencia en las personas mayores.

En la actualidad el número de individuos de la tercera edad que presentan algún tipo de demencia es muy elevado, y su previsión es un crecimiento aún mayor. Sin embargo, lo que antes podría considerarse una situación compleja, hoy día, dada su prevalencia, puede convertirse en una situación más asumible tanto para el individuo como para la familia. Existen políticas públicas y programas de salud encaminados a mejorar la calidad de vida de aquellas personas con dependencia secundaria a algún trastorno mental como la demencia.

La demencia es un conjunto de déficits que dificultan la adaptación de la persona a su entorno y limita su autonomía personal. Estas personas pueden presentar déficits de tipo cognitivo, motores o sociales.

Existen distintos tipos de demencias, la más frecuente es la Enfermedad de Alzheimer seguida de la Demencia Vascular. Su origen es completamente distinto, pero a veces las manifestaciones pueden ser muy parecidas; pero sobre todo, las dos pueden conducir a una situación de dependencia en la persona que lo sufre.

Alzheimer

Para poder entender cómo un trastorno mental puede derivar en una dependencia, pondremos el ejemplo del Alzheimer. A través de sus fases, veremos qué capacidades están limitadas y cómo eso puede afectar a la autonomía de la persona mayor.

El Alzheimer suele seguir un curso evolutivo progresivo y característico:

  • Antes incluso de ser diagnosticado, la persona ya presenta un déficit cognitivo ligero, y suele notarse por pequeñas pérdidas de memoria no limitantes.
  • Fase inicial. La persona suele tener pérdida de memoria a corto plazo. También son frecuentes los cambios de personalidad y cambios en el estado de ánimo. El sujeto suele ser consciente de que empieza a presentar pequeñas limitaciones. Se observa que la persona pierde iniciativa y desinterés por las actividades cotidianas. Puede presentar una cierta sintomatología apática o depresiva.  La persona puede seguir realizando sus actividades diarias, pero en muchas de ellas ya precisa de ayudas puntuales.
  • Fase moderada. El deterioro cognitivo se hace más notable, la persona empieza a presentar dificultadas en el lenguaje y el habla. La pérdida de memoria también afecta a la memoria a largo plazo. La dependencia se hace más manifiesta con síntomas como incontinencia, desorientación aguda y pérdida de control de los propios movimientos. La persona precisa de la supervisión para todas sus actividades de la vida diaria, y en muchas de ellas, precisa además ser ayudado.
  • Fase final. En esta tercera fase, la persona se hacen más notables las disminuciones de las funciones cognitivas. La persona pierde su capacidad de comunicarse verbalmente de manera correcta. Aparece también una disminución de la capacidad física, les cuesta caminar sin ayuda. La persona presenta dependencia total para todas las actividades diarias (higiene, alimentación, eliminación).

La evolución de este trastorno y de sus distintas fases puede variar mucho en años y duración en función de cada individuo. Pero si nos fijamos en las características reflejadas, es una situación derivada de un trastorno mental que produce a largo plazo en una dependencia.

La importancia de todo ello, es que la dependencia es una situación que consume gran cantidad de recursos sociales, económicos y humanos. La dependencia además crece en prevalencia día tras día, pero no por ello debemos verlo como algo negativo.

Trastorno neurocognitivo mayor debido a otra enfermedad médica

Algunas enfermedades médicas, como el párkinson, puedes contribuir al desarrollo de trastornos cognitivos significativos que afectan a la independencia de las personas mayores y su funcionalidad.

Esta es una de las enfermedades que puede afectar a la de los ancianos. De hecho, es una de las enfermedades que más afecta a las personas mayores de 65 años en nuestro país.

Trastornos del estado de ánimo

La depresión y la ansiedad son cada vez más comunes entre las personas mayores, acelerando así la dependencia emocional y física. La soledad, la crisis sanitaria posterior al COVID-19 y la situación económica explican el aumento de la depresión y ansiedad en esta franja de edad.

Además, a partir de los 65 años son más usuales la pérdida de seres queridos y el empeoramiento de la salud, lo que no hace, sino, potenciar la depresión y la ansiedad.

Trastornos de sueño

La calidad del sueño es fundamental para mantener el estado de salud. Se recomienda que las personas mayores duerman alrededor de 8 horas al día. Sin embargo, los trastornos del sueño, el insomnio y la apnea del sueño son cada vez más frecuentes a partir de los 65 años. Sin duda, esto aumenta la dependencia, pues al restarse horas de sueño, empeorar la calidad del descanso, etc. aumenta la sensación de cansancio y afrontar el día a día con cada vez menos energía.

Trastorno por consumo de sustancias

El abuso de sustancias como el alcohol o el tabaco, sumado a los medicamentos recetados por los sanitarios, pueden ser perjudicial o contraindicatorios porque el cuerpo de las personas mayores cada vez tiene menos capacidad para metabolizar este tipo de sustancias.

El consumo de alcohol en personas mayores puede provocar problemas de equilibrio y distorsionar la percepción de la realidad. Esto aumenta el riesgo de caerse o hacerse daño, especialmente entre las personas que vive solas. Una caída puede tener un punto de no retorno a estas edades, lo que causa dependencia.

Esto es más frecuente entre los hombres, lo que en parte explica su menor esperanza de vida respecto a las mujeres. El trastorno por consumo de sustancias estupefacientes puede llevar a la dependencia, potenciar las enfermedades mentales y acelerar el deterioro de la salud física.

 

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La dependencia es una situación más que se puede presentar, y como tal debemos conocerla para poderla prevenir y afrontar. Hoy en día existen múltiples recursos que permiten a la persona mayor, a su familia y a la sociedad asumir una dependencia derivada de un trastorno mental.

La detección temprana y el manejo adecuado son esenciales para mejorar la calidad de vida y prevenir la dependencia asociada con estos trastornos mentales en la vejez. Pero para esto se necesitan profesionales con una formación de calidad, como la que te ofrece Deusto Salud.

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