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5 ejercicios de rehabilitación en el agua

5 ejercicios de rehabilitación en el agua

Escrito por Gerardo Urbano

Siempre que hablamos de rehabilitación pensamos en una camilla, una cabina, infrarrojos o ultrasonidos y un fisioterapeuta vestido de blanco. Pero ¿qué opinaríais si hiciéramos rehabilitación dentro de una piscina? Hoy vamos a repasar 5 ejercicios que podemos hacer en una piscina bajo la prescripción de un fisioterapeuta.

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La recuperación en el agua está indicado para personas con patologías crónicas o agudas traumatológicas (periodos postquirúrgicos, esguinces, fracturas…), reumatológicas (artritis) neurológicas (ictus, Parkinson…) o problemas circulatorios, ya que la presión hidrostática favorece el retorno venoso.

Los ejercicios que vamos a realizar se pueden hacer tanto en piscina profunda como en piscina poco profunda, lo que su práctica vendrá condicionada por el estado físico del paciente, por lo que es aconsejable adaptar el ejercicio a su nivel.

Principales ejercicios de rehabilitación en el agua

Ejercicios extremidades inferiores

Caminar/correr en piscina profunda con material de flotación: En este ejercicio colocaremos un churro entre las piernas (como si fuéramos a caballito) o entre las axilas (algunos centros disponen de cinturones de flotación, que también son útiles para este tipo de ejercicios) e intentaremos simular que vamos caminando. Hay que mover las piernas como si se dieran pasos. Este ejercicio está recomendando para recuperar movilidad y fuerza en las piernas. Al realizarlo en piscina profunda no hay impacto sobre las articulaciones y se puede adaptar la flexión y extensión de la rodilla a la hora de realizar el movimiento, en función de la capacidad de cada persona y de la etapa de la recuperación.

Bicicleta estática en piscina poco profunda: Una vez se ha ganado movilidad y algo de fuerza, podemos subirnos a una bicicleta estática acuática. En este ejercicio conseguimos aumentar la fuerza de las piernas ya los cambios de ritmo nos permitirán aumentar o disminuir la fuerza de las pedaladas, al mismo tiempo limitamos el esfuerzo de las articulaciones al estar sumergidos dentro del agua.

Carrera en piscina poco profunda: En este ejercicio introducimos el impacto sobre nuestras articulaciones. Se trata de correr con la mayoría del cuerpo sumergido, a ser posible que el agua nos llegue al pecho, de este modo minimizamos el esfuerzo de las articulaciones, en especial de la rodilla. Podemos empezar caminando y poco a poco aumentar la velocidad del desplazamiento o, si es posible,  buscar partes de la piscina que cubran menos para aumentar la intensidad del ejercicio sobre nuestros músculos. Este ejercicio se puede realizar en fases previas a realizar bicicleta y/o carrera fuera del agua.

Ejercicios de extremidades superiores

Ejercicios de movilidad de extremidades superiores: Este ejercicio se puede efectuar tanto en piscina profunda como en poco profunda, donde es más fácil hacerlos. Realizaremos diferente movimientos:

Con el agua a la altura del cuello, y los brazos estirados paralelos al cuerpo, hay que elevarlos hasta la superficie y volverlos a bajar hasta la cadera. Con los brazos estirados a la altura del pecho, y las palmas orientadas hacia arriba flexionamos los codos, llevando agua hacia nosotros y, posteriormente, volvemos a empujar el agua para volver a estirar los brazos.

Con los brazos estirados a la altura del pecho, separamos los brazos hasta dejarlos en cruz con el tronco para volver a cerrarlos.

Con las manos apoyadas en la pared (separadas por el ancho de nuestro cuerpo) y el tronco ligeramente inclinado para que el agua nos llegue al cuello, realizaremos flexiones llevamos el tronco a la pared y posteriormente haremos fuerza para volver a estirar los brazos.

Estos ejercicios se pueden ejecutar en tandas de 10-15 repeticiones siempre que nuestro estado de forma nos lo permita. Una vez estos ejercicios los tenemos dominados y no se siente ninguna molestia al efectuarlos, se puede aumentar la dificultad de los mismos utilizando mancuernas acuáticas que aumentaran la resistencia del ejercicio y nos ayudarán a mejorar nuestra musculatura.

Ejercicios para tronco

Pasar de supino a sedestacion: Consiste en colocarse tumbado bocarriba (flotación dorsal) e intentar cambiar a la posición de sentado, dejando el tronco recto y las piernas flexionadas 90º tanto en cadera como en rodilla. Dependiendo de la flotación del paciente, se le puede colocar un churro a la altura del abdomen para que lo agarre con las manos y le sea más fácil poder sentarse. Si el paciente tiene nivel avanzado, podemos colocar en churro debajo de las rodillas, lo que le dificultará el cambio de posición.

Como variante a este ejercicio podemos realizarlo empezando bocabajo (flotación ventral) y pasar a la misma posición de sentado, dejando cadera y rodillas a 90º.

Una vez tengamos este movimiento asimilado, podemos combinarlo con los ejercicios anteriores de brazos y realizar progresiones y desplazamientos

Una vez repasado estos ejercicios, es importante hacer caso de las indicaciones que nos dé el fisioterapeuta. Si él lo considera necesario es posible que se sumerja en el agua con el paciente para llevar a cabo la terapia con más seguridad.

5 ejercicios de rehabilitación en el agua

Bibliografía

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