Las capacidades físicas que desarrolla el Pilates

Todo el mundo sabe que el Pilates aporta claros beneficios, pero si nos preguntan cuáles son las capacidades que desarrollas a través de su práctica puede que nos surja la duda. Vamos a desgranar las capacidades coordinativas y condicionales (o físicas) que se trabajan con el método Pilates.

Capacidades coordinativas del Pilates

Las capacidades coordinativas. Son aquellas que permiten la disposición de las acciones de forma ordenada, para alcanzar una meta. En Pilates podemos destacar: coordinación, propiocepción o cinestesia y orientación espacio-temporal, equilibrio, reacción, ritmo y agilidad. A continuación profundizaremos en algunas de ellas:

• Coordinación:

Consiste en la capacidad de combinar en una estructura única distintos movimientos de forma encadenada o simultánea, para alcanzar un propósito concreto de modo preciso y con el menor gasto energético posible. La práctica de Pilates contribuye a la coordinación, especialmente durante el flujo entre ejercicios, coordinando distintos movimientos corporales con el flujo respiratorio y el encadenamiento entre los distintos ejercicios. Si se quiere mejorar la coordinación, hay que ir incrementando la complejidad de los ejercicios y variar la composición de la clase, de tal modo que el practicante tenga que asumir nuevas formas de encadenar los distintos ejercicios. También hay que favorecer que aumente la toma de conciencia corporal. Finalmente, hay que evitar llegar a un estado de fatiga que perturbaría la asimilación de la coordinación.

• Propiocepción:

Es la información sensorial que contribuye a la sensación de posición espacial de uno mismo y de su movimiento. El método Pilates actúa de forma directa sobre muchos de los receptores propioceptivos, lo que en definitiva convierte sus ejercicios en vehículos para sentir el cuerpo, facilitando la agilidad, la precisión, el dominio del propio cuerpo, el desarrollo de inteligencia cinestésica y el aumento de la capacidad de orientación espacio-temporal.

• Equilibrio:

Se entiende que un cuerpo está equilibrado cuando las fuerzas y movimientos de todas y cada una de sus partes se compensan y anulan entre sí. El equilibrio puede darse de forma estática siempre que no aparezca rotación y/o traslación, o de forma dinámica cuando aparecen estos dos factores. El equilibrio aplicado a Pilates es la capacidad que tiene el practicante de mantener el cuerpo en las diferentes posiciones o ejercicios que adopte o durante los distintos movimientos que realice. Es evidente que Pilates actúa favorablemente sobre el equilibrio, en general en todos y cada uno de los ejercicios, y en particular en todos aquellos específicos de equilibrio.

• Agilidad:

Se trata de una capacidad que permite resolver rápidamente los requerimientos motores planteados y asimilar nuevos movimientos, para poder cambiar la posición de nuestro cuerpo en el espacio de forma rápida, precisa y armónica. Para favorecer la agilidad es preciso realizar ejercicios lo más rápido posible, evitando la fatiga y descansando entre ellos, así como modificando el programa de forma que los practicantes no realicen siempre los ejercicios en el mismo orden.

Capacidades condicionales del Pilates

Las capacidades condicionales son los componentes físicos que se desarrollan en una actividad determinada y, en el caso del Pilates, básicamente podemos destacar resistencia, fuerza y flexibilidad.

• Resistencia:

Es la capacidad que posee el cuerpo humano para soportar una actividad física prolongada durante un tiempo determinado. La resistencia aeróbica viene determinada por la realización de un esfuerzo de larga duración con una intensidad moderada, para el que la cantidad de oxígeno que se utiliza es igual a la que se absorbe. Esta resistencia está relacionada directamente con la capacidad de los sistemas circulatorio y respiratorio para abastecer de oxígeno a los músculos y transportar los productos de desecho hacia los puntos de eliminación. Existe una correlación entre el número de pulsaciones cardíacas y el abastecimiento de oxígeno muscular, que se produce manteniendo un ritmo de entre 120 y 140 pulsaciones por minuto. Si se sobrepasa este límite, se producirá un aumento de ácido láctico, signo de fatiga causante de trastornos.

• Fuerza:

Consiste en la capacidad de mantener cierta tensión muscular a un nivel constante durante un tiempo determinado. En Pilates se precisa una fuerza que permita mantener el esfuerzo muscular durante algunos segundos o incluso minutos para llevar a cabo un ejercicio determinado.

• Flexibilidad:

Está muy relacionada con la elasticidad muscular, que es la capacidad que tiene un cuerpo de retornar a su posición de reposo una vez han cesado las fuerzas que lo deformaban. El ejemplo típico es un muelle. Dicho de otra forma, en las actividades destinadas al desarrollo de la flexibilidad se obtienen ganancias cuando se consigue vencer las fuerzas de restitución establecidas en el tramo inicial de la zona de deformación elástica. Podemos agilizar el proceso si conseguimos que en cada estiramiento los tejidos queden elongados lo más posible, pudiendo así ganar más flexibilidad en menos tiempo. Al aplicar y dejar de aplicar un estímulo de tracción constantemente, el tejido irá cediendo incluso ante fuerzas menores, con una menor capacidad de restitución.

¿Qué capacidades físicas, por tus características, necesitas desarrollar más? ¿Las condicionales o las coordinativas?