Consejos de pediatría para proteger a tu bebé del frío

Este año el frío ha tardado en llegar, pero lo ha hecho intensamente en forma de olas de frío, temporales de viento y lluvia, y nevadas en cotas insólitamente bajas. Esto ha recrudecido la incidencia de los brotes de bronquiolitis y otras enfermedades respiratorias que afectan a los más pequeños.
El frío no es el enemigo de las defensas de los niños es tan solo una situación climatológica que se caracteriza por las bajas temperaturas. Por regla general, los niños son menos vulnerables al frío que los adultos. Tienden a ser más activos; corren más, saltan y eso les facilita el entrar en calor. Pero los recién nacidos menores de un mes son una excepción, ya que regulan peor su temperatura corporal y si no los abrigamos suficientemente, pueden sufrir un cuadro de hipotermia.
Como partida de este tema, es muy importante los cuidados específicos que requiere la piel del bebé durante las estaciones más frías del año. Pero, las bajas temperaturas no son la causa originaria de las enfermedades respiratorias, sino la llegada de ciertas epidemias, como la gripe, que por lo general hacen su aparición en otoño e invierno. La causa más directa de que los niños padezcan más enfermedades, sobre todo de tipo respiratorio, en invierno es que el frío dificulta los movimientos de los cilios, que son una especie de pelitos muy finos que recubren por dentro el aparato respiratorio, cuya función es atrapar los gérmenes y expulsarlos, pero que con las bajas temperaturas permanecen agarrotados, por lo que no cumplen su función con eficacia. Las bajas temperaturas frenan la eficacia de las defensas del aparato respiratorio y los gérmenes atacan con más facilidad al organismo.
En este sentido, durante estos meses se disparan las ventas de productos relacionados con el frío, desde sacos de invierno a cremas protectoras o humidificadores para el hogar. Para ayudar a prepararse contra el temporal a los papás y mamás que se enfrentan al primer invierno con su recién nacido, vamos a compartir algunos consejos prácticos que ayudan a afrontar la temporada invernal:
- Durante los meses de frío hay que evitar abrigar de manera excesiva al bebé o mantenerle en lugares con la calefacción muy elevada, que le puedan provocar un sobrecalentamiento corporal. Abrigar las zonas del cuerpo más vulnerables al frío. Manos, pies y oídos, son partes del cuerpo más vulnerables al frío. Cubrir estas zonas con guantes, calzado adecuado y gorro es la forma de evitar la aparición de sabañones (lesiones en la piel) u otitis.
- Es importante no exponer al lactante a bruscos cambios de temperaturas y tratar de salir con él en las horas centrales del día cuando los contrastes son menos fuertes. Hay que salir a la calle, aunque haga frío. En países nórdicos, como Suecia o Finlandia, donde el frío es la tónica general todo el año, se acostumbra a los niños, incluidos a los de corta edad, a salir a la calle todos los días, aunque la climatología sea adversa. No hay inconveniente en exponerse al frío, ya que de esta manera se mejora la adaptabilidad del niño a las bajas temperaturas.
- En el entorno del bebé hay que mantener una temperatura constante que ronde los 20º y un nivel de humedad del 50%, como mínimo. Un niño puede salir a la calle aunque haga mucho frío o nieve si está bien protegido frente a la humedad y las bajas temperaturas. Lo ideal es el truco de varias capas de ropa, aunque sean finas. De esta manera, se crea una cámara aislante de aire entre una prenda y otra.
- La temperatura corporal del bebé debe controlarse en la nuca y en el cuello. El mecanismo de termorregulación del recién nacido aún no está del todo desarrollado, por lo que otros signos (color de la piel, sudor, manos frías o calientes) pueden inducirnos a equívocos.
- Un ambiente demasiado seco puede impedir que el organismo del lactante expulse de manera correcta las impurezas, dado que la nariz se obstruye y esto puede ocasionarle dolor de garganta y tos.
- Durante las estaciones más frías es corriente la aparición de mucosidad más abundante, por lo que hay que mantener la higiene de las mucosas del bebé a través del empleo continuado del suero fisiológico y del aspirador nasal.
- La delicada piel del bebé acusa durante los meses fríos el calor provocado por la calefacción y los roces ocasionados por la ropa, por lo que es importante emplear prendas de vestir suaves y que no sean ajustadas, que permitan la correcta ventilación de la piel. El pijama del niño/a debe ser acorde a la temperatura ambiental del dormitorio. Si se carece de climatización, la prenda de dormir puede ser gruesa. En caso de que la habitación esté bien caldeada es suficiente con un pijama liviano. Con los bebés menores de un año, es recomendable que la temperatura de la habitación no supere los 24 grados para prevenir la denominada muerte súbita de los lactantes.
- Es fundamental hidratar la piel del bebé con cremas dotadas de activos humectantes, si es posible de origen vegetal, así como pomadas calmantes y reparadoras para la zona peribucal, que se puede ver especialmente afectada por el viento.
- Dado que su sistema inmune es aún débil, la alimentación equilibrada es esencial. Los productos milagro para potenciar la efectividad de las defensas no existen. Pero una alimentación variada y equilibrada que contenga todos los nutrientes que el niño precisa para su correcto desarrollo favorece un sistema inmunológico en forma y eficaz.
10. El calendario de vacunación del niño actualizado es un escudo protector contra enfermedades infecciosas, como el sarampión o la varicela.
En invierno, los bebés deben salir a pasear cada día, teniendo en cuenta siempre la frase que todas las madres con más experiencia dicen y seguro habéis escuchado, “¡tranquilo! un bebé casi nunca tiene calor”.
Bibliografía
- Plascencia, L. E. S., Rosales, R. D. M., & Marcocchio, A. C. Capítulo 4. La ropa del bebé, ideas para la limpieza y cuidado de sus prendas de vestir. Recuperado de: https://docs.bvsalud.org/biblioref/2022/06/1372605/el-mejor-bebe.pdf#page=29
- Jiménez, S. G. (2017). Cuidados del bebé. El farmacéutico: profesión y cultura, (550), 22-30. Recuperado de: https://www.elfarmaceutico.es/uploads/s1/17/53/ef550-profesion.pdf