Mostrar más resultados

Guía de rehabilitación de una lesión de muñeca

Guía de rehabilitación de una lesión de muñeca

Escrito por Gerardo Urbano

En la entrada de este mes vamos a explicar un poco como realizar una rehabilitación después de sufrir una lesión de muñeca. Siempre hemos de tener en cuenta el grado de lesión al que no enfrentamos y que nos asesore un profesional sanitario, es decir, un fisioterapeuta.

¿Quieres ser un experto en el tema? ¡Consulta nuestro curso de salud deportiva!

Antes de todo, vamos a explicar a grandes rasgos la anatomía de la muñeca, ya que es una articulación un pelín compleja. Está formada por los huesos cúbito y radio (que forman el antebrazo) que se unen a un grupo de 8 huesos, dispuestos en dos filas de 4 que se denominan huesos de carpo o carpianos.

Todos estos huesos están unidos entre ellos por ligamentos. Por la muñeca también pasan los tendones que van a parar a los dedos, tanto los flexores (zona palmar) como extensores (zona dorsal). También encontramos diferentes nervios que inervan la zona a nivel motor y sensitivo. Todos estos tendones y nervios pasan entre las filas de huesos y esta zona es conocida como túnel del carpo.

Las 4 patologías de muñeca más comunes 

Guía de rehabilitación de una lesión de muñeca

Teniendo en cuenta esto, nos encontramos con 4 tipos de patologías más comunes:

  • Fracturas de algún hueso del carpo. La fractura del hueso escafoides es muy común.
  • Esguinces de ligamentos, como el ligamento anular del carpo que «enrolla» la articulación. La lesión de este ligamento es conocida como “muñeca abierta.”
  • Tendinitis inflamaciones de los tendones. Una de las más conocidas es la de Quervain, afecta a los tendones del debo gordo.
  • Neuropatías por atrapamiento de algún nervio (Síndrome del túnel carpiano)

Estas lesiones pueden producirse de dos maneras: agudas como una fractura o un esguince por un golpe o caída; y progresivas por movimientos repetitivos, más propias de tendinitis o neuropatías. Ante cualquiera de estas patologías es importante acudir a un centro médico y que un traumatólogo nos diagnostique el tipo de lesión, ya que algunas de ellas pueden requerir de intervención quirúrgica si el tratamiento conservador falla.

Cómo tratar una lesión de muñeca 

Una vez hemos sido diagnosticados, para rehabilitarnos de una lesión de muñeca, lo primeros que debemos hacer es para toda actividad de la articulación (o limitar la actividad), es decir, hacer reposo par intentar romper con el bucle de más actividad = más lesión (y más dolor). En algunas de las lesiones vistas anteriormente, se produce una impotencia funcional (la propia articulación no es capaz de realizar esfuerzos o, si los realiza, hay un aumento considerable del dolor).

Guía de rehabilitación de una lesión de muñeca

Si la lesión es aguda, probablemente irá acompañada de inflamación por lo que es recomendable la utilización de una media o vendaje compresivo para disminuirla. En este mismo caso también podemos aplicar hielo durante las primeras 24-48 horas para reducirla.

Para las tendinitis y las patologías neurológicas existen unas férulas que limitan la movilidad y ayudan a la recuperación de la zona.

Si el dolor y/o la inflamación es muy importante, el médico nos podrá prescribir algún medicamento analgésico y/o antiinflamatorio. Esto ayudará a que la rehabilitación de la lesión de muñeca se vea reducida en el tiempo.

Una vez el dolor y la inflamación han desaparecido prácticamente del todo, empezamos la fase de movilizaciones pasivas. Aquí, el fisioterapeuta será el encargado de realizar los movimientos de flexión, extensión y desviaciones cubitales y radiales. Este trabajo se debe realizar sin dolor o con un dolor soportable por parte del paciente. Para la realización de las movilizaciones, el fisioterapeuta puede utilizar la parafina para conseguir que la articulación tenga una temperatura más alta y sea más cómoda su manipulación.

A parte de las movilizaciones, en función de la patología a recuperar, el fisioterapeuta también realizará estiramientos de la musculatura flexora y extensora de la muñeca y de los dedos. Posteriormente, estas movilizaciones pasarán a ser activas, es decir realizadas por el paciente, junto con los estiramientos que el fisioterapeuta enseñará al paciente.

Ejercicios de rehabilitación para una lesión de muñeca 

Guía de rehabilitación de una lesión de muñecaGuía de rehabilitación de una lesión de muñeca

Una vez hemos ganado movilidad y no hay dolor, o no ha aumentado, es el momento de empezar a ganar fuerza. Aquí el paciente debe ejercitar la musculatura del antebrazo y los músculos de la mano y dedos.

Para empezar, sentado con el antebrazo estirado sobre una mesa o camilla y con un pelota de goma muy blanda y colocada en la palma de la mano, apretar la pelota y relajar. De esta manera, se tonifican los músculos flexores de los dedos. Para los extensores colocaremos la palma de la mano hacia abajo e intentaremos despegar los dedos de la mesa. Si disponemos de pelotas con diferentes grados de dureza, podremos realizar progresiones para rehabilitar antes la musculatura.

Guía de rehabilitación de una lesión de muñeca

Para la flexión y extensión de muñeca, lo más cómodo es utilizar pequeñas mancuernas, de entre 1 y 5 kilos aproximadamente (en función de la fuerza del paciente). En la misma posición anterior, con la muñeca en el borde de la camilla o mesa, palma de la mano hacia arriba y con una mancuerna en la mano, flexionamos la muñeca, llevando la palma de la maño hacia nosotros. Para la extensión con la palma de la mano hacia abajo y la mancuerna cogida, elevar la muñeca, si despegar el antebrazo de la camilla (realizar el gesto de acelerar en moto).

Guía de rehabilitación de una lesión de muñeca

Para las desviaciones radial y cubital, utilizaremos bandas elásticas. Con la banda cogida con las dos manos, haremos fuera hacia fuera, estirando la parte interna de la banda elástica.

Más adelante y en función de la evolución de la lesión, podremos realizar pequeñas cargas en la muñeca. Nos colocaremos de pie, con las manos apoyadas en la mesa o camilla y desplazaremos el cuerpo hacia adelante llevando más peso sobre la articulación. Así observaremos como responde a la presión.

Para cerrar esta entrada, recordaos que siempre debéis seguir las indicaciones de un profesional cualificado (médico o fisioterapeuta) y hay que tener en cuenta que cada patología tiene una evolución diferente.

Bibliografía

Formaciones relacionadas