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Cómo identificar una lesión para tratarla con rehabilitación

Cómo identificar una lesión para tratarla con rehabilitación

Escrito por Gerardo Urbano

En la entrada de este mes, vamos a hablar de cómo identificar una lesión o patología para poder tratarla con rehabilitación. La gran mayoría de las personas que hacer deporte, ya sea de manera recreativa o competitiva, en algún momento durante su práctica,  han podido sufrir alguna lesión que les impide realizar su deporte favorito.

El origen

En el momento de producirse una lesión, esta normalmente siempre viene acompañada de dolor. Un gesto brusco, un golpe, una caída… pueden ser indicios de que después de la desafortunada acción, podamos tener una lesión. Normalmente se puede localizar en una zona exacta de nuestro cuerpo: Si es una lesión muscular, la sensación suele ser la de un pinchazo en un punto concreto. Si es un problema articular, puede que englobe toda la articulación o parte de ella.

Una vez sufrido el percance, en función de la gravedad del mismo, es posible que se intente seguir con la práctica deportiva para ver si el dolor no impide la práctica. Normalmente, si la lesión es importante, aparece otro factor que indica que puede haber lesión: la impotencia funcional, esto es imposibilidad para continuar con la práctica deportiva, ya sea por dolor o por alteración de las estructuras morfológicas (cuando se produce una esguince de tobillo, este se asocia con inflamación; si sufrimos una luxación la articulación pierde su congruencia articular.

Una vez se ha producido la lesión, lo primero que hay que hacer es, por sentido común, dejar de practicar el deporte o actividad que la ha provocado. A este cese, le debe acompañar reposo durante varios días, si la lesión ha sido importante.

Exploración

Una vez producida la lesión, es importante que un fisioterapeuta o un medico exploren la zona para valorar el alcance de la misma.

La lesiones musculares son más difíciles de valorar, ya que dependen, en parte, de las sensaciones que nota el paciente, ya que una posible rotura muscular puede quedar en una distensión sin rotura, en cambio si la lesión muscular es muy grande y daña varios vasos sanguíneos, a veces se produce una hemorragia que queda visible debajo de la piel.

Las lesiones articulares se pueden valorar con diferentes tests que en función del resultado (positivo, negativo) puede dejar más claro el diagnóstico. Como ejemplos podemos citar el test del cajón anterior/posterior, para valorar la integridad de los ligamentos cruzados de la rodilla (anterior y posterior).

Pruebas complementarias

Después de la exploración hecha por el fisioterapeuta o médico (CAP o urgencias), estas lesiones se suelen derivar al médico especialista.

La especialidad que se encarga de valorar y tratar estas patologías es la traumatología. Como decíamos, es recomendable programar alguna prueba médica de diagnostico, para poder confirmar o descartar la existencia de lesión. En función del tejido a explorar (blando o duro), se realizará una prueba u otra, a elección del traumatólogo:

  • Radiografia Sirve para valorar el estado de los huesos y descartar si hay alguna fisura o fractura. A veces, si la lesión es muy evidente (existe deformidad o, incluso es una fractura abierta) su realización es un mero trámite para corroborar la lesión y descartar lesiones asociadas a la primera. También se suele usar en luxaciones y esguinces. Al exponer al paciente a radiación, no se debe abusar de esta técnica.
  • Ecografia Suele utilizarse para la valoración de lesiones en tejidos blandos: roturas musculares, existencia de lesiones en tendones, principalmente. Al ser una técnic que se basa en el ultrasonido, mediante un gel conductor, no existe ningún riesgo asociado para el paciente.
  • Resonancia magnetica nuclear (RMN)  Esta prueba se utiliza para valorar el estado de las articulaciones y de sus estructuras (ligamentos, tendones, capsula articular) y en el caso de la rodilla, también de los meniscos. Su realización se basa en la utilización de campos magnéticos, no perjudica la salud del paciente, pero si puede ser un poco incómoda para persona con claustrofobia ya que, dependiendo de la articulación a valorar, éste es introducido dentro de un tubo estrecho, durante la realización de la prueba (alrededor de 20 minutos). Una variante de esta técnica es la resonancia con contraste: suele utilizarse sobre todo para el diagnostico de lesión de hombro. Se inyecta una contraste en la articulación y se realiza la prueba para comprobar la integridad de la estructuras a examinar.

Confirmación de la lesión

Una vez recogidos los resultados de las pruebas, el traumatólogo nos informará del alcance de la lesión. En función de la gravedad se establecerán los periodos de rehabilitación.

Es posible que algunas lesiones requieran la necesidad de pasar por quirófano. En este caso el periodo de rehabilitación puede verse aumento al optar por un tratamiento más agresivo. La mayoría de lesiones articulares se suelen operar con cirugía artroscópica que es poco invasiva si la comparamos con la cirugía abierta (esta última tiene un período de rehabilitación mayor que la artroscopia).

Si, por el contrario, podemos rehabilitar la lesión mediante tratamiento conservador, podremos ponernos enseguida en manos de un fisioterapeuta para recuperar la lesión.

Por último, para finalizar esta entrada, solo recordar que ante la sospecha de una lesión, siempre hay que evitar la actividad que ha provocado la lesión, y realizar los chequeos oportunos para confirmar la existencia de la lesión.

¿Has tenido alguna lesión? ¿Te han tenido que hacer alguna de las pruebas complementarias? ¡Explícanoslo!

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