¿Por qué estudiar osteopatía?

Cuántas veces nos tratamos patologías y dolores con la medicina convencional y nos damos cuenta de que, en muchas ocasiones, falta algo, que no acabamos de mejorar, que se escapan cosas que la medicina tradicional no es capaz de ver, de diagnosticar y de tratar. La ostepoatía tiene aquí un papel clave, ya que su visión del paciente, de las patologías, su método diagnóstico y su tratamiento difieren mucho de la medicina convencional y puede llegar a diagnosticar, tratar y curar disfunciones que con pruebas diagnósticas y medicación no llegan a curarse.
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¿Por qué estudiar osteopatía?
Ya hemos dicho en otros post que la osteopatía es un sistema de diagnóstico y tratamiento que enfatiza la integridad estructural y funcional del organismo. Defiende que el cuerpo es una unidad que tiene la capacidad de auto-curarse y que para ayudarlo, el osteópata utiliza técnicas manuales.
La osteopatía tiene una visión muy diferente a la medicina tradicional que nos puede ayudar a curar disfunciones que no se consiguen con otros tratamientos.
Veamos algunos motivos por los que estudiar osteopatía puede hacer de ti un gran profesional y puede convertirte en un osteópata capaz de diagnosticar y tratar patologías:
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Aprenderás las bases de la osteopatía y su teoría.
Se basa en la teoría de que existe una estrecha relación entre las estructuras del cuerpo (articulaciones, músculos, órganos, etc.) y su función, y en la creencia de que el organismo tiene el potencial de auto-curarse. El tratamiento osteopático busca, mediante la manipulación de las estructuras, restaurar las funciones alteradas y ayudar al cuerpo a recuperarse. Para ello, se fundamenta en el conocimiento profundo de la anatomía, la fisiología y la biomecánica del cuerpo humano.
En el centro de la osteopatía está la visión del ser humano como un todo indivisible, en el que cualquier alteración en un punto repercute en todo el organismo. Por eso, dividirla en tipos —en función de la parte del cuerpo que trate— es ficticio y va contra la propia naturaleza de la disciplina. Sin embargo, a efectos didácticos es lo más conveniente. Con este propósito de enseñanza, la osteopatía tiene tres enfoques diferentes: estructural, craneal y visceral.
La osteopatía estructural se enfoca en los problemas del sistema musculo-esquelético (articulaciones, músculos, etc.). La osteopatía craneal se centra en la estructura del cráneo (incluida la articulación temporomandibular) y su relación con el sistema nervioso central. La osteopatía visceral se ocupa de los órganos internos: aparato digestivo, urinario, reproductor, etc.
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Serás capaz de adquirir todos los conocimientos necesarios de anatomía, fisiología y biomecánica del cuerpo humano para poder encontrar dónde está la disfunción.
Toda la osteopatía se fundamenta en el conocimiento profundo de la anatomía, la fisiología y la biomecánica del cuerpo. Como osteópata, deberás conocer al dedillo cada articulación, músculo y ligamento, cada órgano y estructura.
El conocimiento del cuerpo humano que adquiere un osteópata es muy profundo y completo, más específico y con matices mucho más complejos que el que adquieren otros profesionales de la salud.
Como ya has visto, este conocimiento será profundo en todos los sistemas y estructuras del ser humano. Tanto el sistema musculo-esquelético como sistemas respiratorio, cardiovascular, digestivo y genitourinario, con todos sus vasos sanguíneos y linfáticos y el sistema nervioso autónomo que los inerva son de vital importancia sabiendo la estrecha relación que existe entre ellos. Solamente así puede se tener la visión del ser humano como un todo indivisible, en el que cualquier alteración en un punto repercute en todo el organismo.
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Conocerás el concepto de disfunción somática, que es fundamental para la osteopatía.
La osteopatía no trata fracturas ni grandes alteraciones de las estructuras: trata disfunciones somáticas. Como osteópata, este término te acompañará todos los días de tu vida, así que… ¡más vale que lo entiendas bien!
La disfunción somática se define como “el deterioro o la alteración funcional de los componentes asociados al sistema somático: huesos, articulaciones, músculos, fascias, y los elementos vasculares, linfáticos y nerviosos relacionados”. La disfunción somática aparece cuando existe una restricción del movimiento dentro de la amplitud normal, dentro de las barreras fisiológicas.
Estudiando osteopatía aprenderás todas las disfunciones, sus signos, su nomenclatura, sus clasificaciones, sus adaptaciones y compensaciones, etc., para poder luego saber diagnosticarlas y tratarlas.
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Como osteópata serás capaz de diagnosticar tú mismo las disfunciones y su origen gracias al gran conocimiento del cuerpo humano que obtendrás y las propias pruebas y tests de evaluación y diagnóstico que aprenderás.
Antes de aplicar cualquier tratamiento osteopático, es imprescindible llegar a un diagnóstico correcto. Sin diagnóstico es imposible determinar el tratamiento adecuado.
En osteopatía, el objetivo del diagnóstico es triple:
- ¿El trastorno es susceptible de tratamiento osteopático? El primer paso cuando un paciente consulta al osteópata es descartar la existencia de alguna afección que pertenezca al campo de la medicina convencional (por ejemplo, un cáncer o una fractura). En este caso, deberá remitirse al paciente al médico.
- Una vez que se tenga claro que el trastorno puede tratarse con osteopatía, deberá localizarse el tejido responsable del dolor o el síntoma por el que acude el paciente, así como otras estructuras que también deben analizarse para llegar a un diagnóstico correcto.
- Con base en el diagnóstico, se determinarán las técnicas más apropiadas para ese paciente en particular.
Aprenderás los pasos que requiere el proceso de diagnóstico osteopático para llegar a una conclusión final:
- Interrogatorio (anamnesis)
- Inspección
- Palpación
- Examen neurológico
- Otras exploraciones. Test ortopédicos
- Radiología y otras pruebas complementarias
- Estudio de la movilidad craneosacra
- Examen de las vísceras
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Llegados a este punto, finalmente, sabrás tratar al paciente con toda seguridad y certeza con las herramientas y maniobras propias de la osteopatía.
El objetivo de las técnicas osteopáticas es restaurar la movilidad normal de las estructuras, con el fin de ayudar al organismo a recuperar la salud. Existen muchas técnicas diferentes. Dominarlas requiere mucha práctica y entrenamiento supervisados por un profesional. Incluso las más seguras, ejecutadas por un osteópata sin experiencia, pueden perjudicar al paciente. Por tanto, primero hay que aprender a aplicarlas bajo la tutela de un osteópata experimentado.
Existen infinidad de técnicas y clasificaciones. A grosso modo y de manera muy generalizada podemos decir que hay:
- Técnicas de tejidos blandos.
- Técnica de velocidad alta y amplitud baja (Thrust)
- Técnicas de energía muscular
- Técnicas articulatorias
Cada técnica tiene acciones específicas en cada tejido y no todas son apropiadas para cualquier estructura y disfunción. La elección de una u otra variará en función del tejido dañado y del estado en el que esté, de lo que se pretenda conseguir, de las características de la disfunción y del paciente, etc. Por tanto, un diagnóstico preciso es fundamental para elegir el mejor tratamiento. Ten en cuenta, también, que las técnicas se pueden combinar. Como osteópata sabrás elegir cuáles son las adecuadas para cada disfunción y lugar a tratar.