Qué es la reflexología facial
¿Sabes lo que es la reflexología facial? Hoy nos centraremos en este tipo de reflexología, un área del cuerpo cuya importancia no admite duda. Veremos datos importantes del área refleja de la cara, una pincelada de su valoración, cómo se representa nuestro cuerpo en ella, las manipulaciones que en ella se pueden realizar y las aplicaciones y sus beneficios.
¿Te parece interesante la reflexología facial? Quizás tu futuro profesional pase por dedicarte a esta disciplina. ¡Anímate a especializarte con un curso en reflexología y controla todas y cada una de sus áreas!
Tabla de contenidos
Reflexología facial
Ya tenemos clara la definición de la reflexología y sus múltiples beneficios, ahora vamos a centrarnos en la reflexología facial. Los rasgos faciales permiten distinguir una persona de otra, y son fundamentales para las relaciones interpersonales. Esto se debe a que el rostro arroja una gran cantidad de información mediante micro expresiones, que se pueden asociar a distintos estados de ánimo.
El aspecto de la cara también nos puede llevar a emitir juicios sobre la persona, confiando o desconfiando de ella solo por su aspecto o expresión facial.
Mediante el rostro también podemos valorar el estado de salud del sujeto. Una expresión popular como «haces mala cara» se emplea para advertir a la persona de que vigile su salud.
Desde un punto de vista estético, el rostro es la parte más observada del cuerpo, y para considerar que una persona tiene o no belleza es el rostro el que se suele tener más en cuenta. Aquí, la reflexología facial nos puede ayudar porque, al aplicarse directamente sobre el rostro, aparte de los efectos terapéuticos derivados de la propia terapia, también tiene efectos estéticos y rejuvenecedores, algo que en general es muy apreciado.
El rostro también puede acumular muchísima tensión por diferentes motivos. Tanto es así que existen técnicas de relajación basadas únicamente en relajar la cara para conseguir una relajación global. Un masaje de reflexología facial puede proporcionar importantes efectos relajantes sobre esta zona del cuerpo.
Según se cree, la reflexología facial actúa a modo de regulador del sistema nervioso. El funcionamiento se propone desde la perspectiva de la teoría gate control (teoría de la puerta funcional o de la compuerta), que indica que los estímulos no dolorosos cierran las puertas a los dolorosos, evitando que la sensación de dolor llegue al sistema nervioso central. Por otra parte, se cree que la reflexología, en general, y la reflexología facial, en particular, estimulan la liberación de endorfinas, encefalinas y dinorfinas, que tienen una acción inhibidora. Además, parece que se estimula también la liberación de serotonina.
Al estimular ciertos puntos con reflexología facial, se ha observado que aparece elevación de la piel en forma de pápula, halo eritematoso alrededor, incremento de la temperatura local, aumento de la circulación, cambio en la disposición de las macromoléculas intercelulares e intravasculares, modificaciones en la permeabilidad de las membranas celulares que favorecen el intercambio iónico y cambios de la carga bioeléctrica de los puntos reflejos.
Parece ser que el estímulo reflexológico en esta zona viaja más rápida y directamente a la zona reticular que el producido en el pie.
Valoración del rostro
Como en toda valoración y diagnóstico mediante la reflexología debemos utilizar dos metodologías: la observación de las zonas reflejas y la palpación de las zonas reflejas que nos sirvan para detectar los efectos.
-
Observación del rostro:
Los signos observados en el rostro, como pasa en el resto de zonas reflexológicas, nos pueden aportar la información necesaria para valorar el estado general del organismo, tanto a nivel físico como a nivel psico emocional.
-
Palpación del rostro:
Para la reflexología facial, la palpación del rostro es el principal método de evaluación de la salud, con el que se valora, principalmente, la sensación del paciente y los signos detectados por el terapeuta.
Localización de las áreas reflejas
La topografía de los puntos y áreas reflejas de la cara utiliza dos formatos. Por un lado, amplias zonas que son el reflejo de las distintas partes del cuerpo. Esto permite realizar un masaje general sobre todo el cuerpo, abarcando prácticamente la totalidad de la cara (áreas amplias). Por otro lado, existen unos puntos muy concretos, en los que se sitúan también las distintas partes del cuerpo. Su situación es mucho más precisa que en las áreas amplias, por lo que se denominan puntos específicos.
Manipulaciones
Es muy importante tener en cuenta el ritmo, la intensidad, el tiempo y la frecuencia.
Se utilizan fricciones con el dedo corazón sobre el dedo índice, con los pulgares, arrastre con los o con el dedo corazón sobre el índice, raspado con un raspador.
Dada la naturaleza específica de los puntos de la reflexología facial, la manipulación se realiza por lo general con herramientas como el palpador facial, deslizadores cilíndricos, y esferas deslizantes; no obstante, para realizar una intensidad más leve puede utilizarse la fricción del dedo corazón sobre el índice, o la fricción con el pulgar, arrastre con los cuatro dedos o raspado con un raspador.
Fases del tratamiento
Dividiremos el tratamiento reflexológico facial en tres fases: la fase inicial o de contacto, en la que aplicaremos la secuencia general, la fase de valoración y tratamiento, y la fase de relajación.
Se inicia con una secuencia general, en la que se realiza un seguimiento de algunas articulaciones y una aplicación de relajación de la cara.
Una vez realizada la secuencia general, se pasa al tratamiento establecido previamente, utilizando los puntos específicos para tal efecto. La manipulación de distintos puntos se realiza con las distintas herramientas nombradas.
En la fase de relajación consiste en realizar las manipulaciones de relajación y para finalizar es recomendable colocar las manos apoyadas suavemente en la cara, tapando los ojos, aunque sin presionar. Mantener unos minutos esta posición será suficiente para generar una relajación no solo fácil sino general.
¿Qué podemos tratar con la reflexología facial?
Un sinfín de dolencias, patologías y problemas. Expongo aquí algunas: acidez, acné, afonía, anemia, anorexia, alergias, ansiedad, arrugas faciales, artritis, artrosis, asma, bronquitis, cálculos biliares y renales, celulitis, cervicalgia, dorsalgia, lumbalgia y ciatalgia, cistitis, depresión, diabetes, diarrea, eccema, enuresis, estreñimiento, fertilidad, fiebre, gripe, herpes, hiperactividad en niños, hipertensión/hipotensión, sistema inmunitario, insomnio, memoria, menopausia, menstruación irregular, migrañas, otitis, parálisis facial, pesadillas, psoriasis, rinitis, sinusitis, tendinitis de codo, codo de tenista, tiroides, regulación, tos, vértigo y vómitos.
¡Especialízate ahora en Reflexología Facial!
La reflexología facial es una técnica sorprendente que nos permite descubrir un camino hacia la relajación, el equilibrio y la belleza desde una perspectiva única: nuestro rostro. Con la práctica constante y la comprensión de los puntos reflejos faciales, podemos desbloquear el potencial de una piel radiante y un bienestar interior. Así que, ¿por qué esperar? ¡Empieza tu viaje hacia la armonía y la salud en tu rostro hoy mismo a través de la reflexología facial!