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Los 3 tipos de intolerancias más comunes

Los 3 tipos de intolerancias más comunes

Escrito por Mireya García

¿Sabes que alrededor de un 20% de la población española tendrá algún tipo de intolerancia alimentaria en algún punto de su vida? Si te interesa conocer más sobre este tipo de reacciones adversas, quédate a leer este blog y descubre las 3 intolerancias más comunes.

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¿Cuáles son las 3 intolerancias alimentarias más comunes?

Una intolerancia alimentaria es una reacción adversa del cuerpo ante un alimento que afecta al metabolismo. Una reacción que puede ser de tipo metabólico, farmacológico o indeterminado, dependiendo del elemento que la provoque. En este caso, el sistema inmune no participa en la reacción, como sucede en el caso de las alergias alimentarias. ¿Sabías que las intolerancias son entre 5 y 10 veces más frecuentes que las alergias? En las siguientes líneas queremos mostrarse las 3 intolerancias alimentarias más comunes, así como los síntomas de este tipo de reacciones adversas. ¡Toma nota!

Intolerancia a la lactosa

Una de las intolerancias más comunes es la lactosa. La lactosa es un carbohidrato disacárido presente en la leche de los mamíferos formado por la unión de una molécula de glucosa y otra de galactosa. Cuando nuestro organismo no es capaz de producir la enzima lactasa para disolver la lactosa se provoca esta intolerancia. Esta fermentación produce trastornos digestivos como molestia intestinal, gases, distensión abdominal o diarrea, entre otros.

La intolerancia a la lactosa afecta a entre un 35% y un 50% de la población española.

Dieta para reducir la lactosa en la alimentación

Para reducir el consumo de lactosa y mejorar el bienestar de las personas que padecen esta reacción adversa, se pueden llevar a cabo algunas medidas como las siguientes:

  • Elegir lácteos (leche, yogur y queso) sin lactosa. 
  • Sustituir los lácteos por alternativas vegetales como la bebida de almendras, soja o avena, por ejemplo.
  • Distribuir los alimentos ricos en lactosa en varias tomas e ingerir en pequeñas cantidades. La mayoría de personas intolerantes a la lactosa pueden aceptar hasta 12-15 g de latosa al día y unos 6 g en cada comida. Pero esto siempre se tendrá que valorar según tolerancia de cada individuo.
  • Prestar especial atención a los alimentos que pueden contener lactosa, como los zumos preparados con derivados lácteos, los sucedáneos de pescado, salsas y cremas comerciales, alimentos empanados o propios de repostería.

Intolerancia a la fructosa/sorbitol

La fructosa es un monosacárido presente de forma natural en una gran variedad de frutas, verduras y miel. También está presente como jarabe de maíz con alto contenido en fructosa (JMAF), en refrescos, caramelos y zumos de fruta. La intolerancia alimentaria a la fructosa se produce por un déficit del transportador intestinal en nuestras células intestinales que hacen que no puedan ser asimiladas.

Al no poder ser digeridos comienza un proceso de fermentación que provoca una serie de síntomas, entre que los que destacan el dolor abdominal tipo cólico, retortijones, diarrea explosiva, hinchazón abdominal, flatulencias y en algunos casos también pueden aparecer síntomas como rinitis, migraña o piel atópica.

Dentro del término intolerancia a la fructosa debemos diferenciar entre la intolerancia hereditaria a la fructosa, que es a consecuencia de un déficit o falta de la enzima, es de causa genética y, por lo tanto, irreversible, y la mala absorción de la fructosa que está provocado por un problema en la capacidad de la mucosa intestinal para absorber la fructosa.

¿Cómo es la dieta para reducir el consumo de fructosa/sorbitol?

El tratamiento dietético que se usa es una dieta baja en FODMAPs o una dieta baja en fructosa y sorbitol, que se puede aplicar siguiendo los siguientes pasos. ¡Observa algunas pautas para intolerantes a la fructosa!

  • En la primera fase de eliminación, el objetivo será reducir cualquier poliol o fructosa para revertir el daño intestinal. Esta dieta se puede seguir unas 2-6 semanas aproximadamente.
  • En la segunda fase de reintroducción, se irán haciendo pequeñas introducciones progresivas de alimentos ricos en fructosa para ver la cantidad que tolera cada persona.
  • En la última fase de normalización, se incluirán otros alimentos hasta que la dieta será lo más amplia posible según tolerancia.

Debido a la complejidad de la dieta y lo fácil que es tener carencias, es importante que esté pautada por un profesional sanitario.

Intolerancia al gluten

La intolerancia al gluten no existe. La enfermedad celiaca (EC), es una enfermedad sistémica de base autoinmune, esto quiere decir, que es el sistema inmunitario de los individuos celiacos el que reacciona de forma exagerada ante la ingesta de gluten. Si hay personas que tienen cierta sensibilidad al gluten, tienen síntomas intestinales y extra intestinales al ingerir gluten, pero no está mediado por el sistema inmune. ¡Sigue informándote acerca de este tema con nuestro blog sobre dieta y alimentos sin gluten para celiacos!

Síntomas que genera una intolerancia

Ahora que ya hemos visto las intolerancias más comunes, te mostramos algunos de los síntomas de este tipo de reacciones ante ciertos componentes de nuestra alimentación. Ten en cuenta que estas señales varían dependiendo del nivel de intolerancia de cada persona. Por este mismo motivo, lo que para una puede ser un gran problema, para otra puede suponer tan solo un pequeño indicio de que algo no le ha sentado demasiado bien. ¡Toma nota!

  • Malestar abdominal. Quizás sea el síntoma más usual a este tipo de reacciones. Se incluyen molestias en el estómago como pueden ser hinchazón, dolor o incomodidad en la zona.
  • Problemas para ir al baño. Reacciones de diarrea o de estreñimiento.
  • Gases. Las flatulencias y distensión abdominal también se encuentran entre los indicadores.
  • Problemas en la piel. Las intolerancias alimentarias se manifiestan en nuestra piel, dejando a la vista reacciones como erupciones o urticaria, así como una sensación de picazón.
  • Dolor de cabeza y fatiga. Pueden producirse también ciertas molestias en la cabeza y cansancio.

Descubre más sobre las intolerancias alimentarias

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Bibliografía