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Cómo preparar una buena sesión de coaching

Cómo preparar una buena sesión de coaching

Escrito por Joan Bertran

Preparar una buena sesión de coaching de manera efectiva es fundamental para el éxito tanto del coach como del cliente. Aquí te presentamos una guía detallada sobre cómo llevar a cabo una preparación adecuada para tus sesiones de coaching. Muchos factores influirán en la preparación adecuada de una buena sesión de coaching. Desde la formación hasta la experiencia previa, pasando por el conocimiento sobre los errores más comunes que podemos cometer en las entrevistas. A continuación trataremos de dilucidar algunos elementos clave para que una sesión de coaching sea exitosa.

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Así se prepara una buena sesión de coaching

Aunque la lista podría alargarse hasta el infinito, existen una serie de elementos importantes para llevar a cabo una buena entrevista. A continuación detallamos cada uno de estos factores, para que no se nos escape nada:

  • Cuidar el lenguaje verbal y no verbal: si la voz del coach es demasiado brusca, puede llegar a intimidar al cliente. Si, por el contrario, es demasiado débil, este último puede intentar hacerse con el control de la entrevista. Lo mejor es procurar un tono cálido y seguro y evitar la monotonía, modulándolo según las circunstancias. Respecto al lenguaje corporal, hay que evitar gestos de desaprobación o sonrisas sarcásticas. El contacto ocular facilita la comunicación positiva, mientras que si el coach no mira a su cliente, este puede interpretarlo como desinterés.
  • Otras cuestiones importantes: saber guardar silencio, no precipitarse y saber observar las reacciones del entrevistado antes de decidirse a hablar. Resumir o repetir la última frase o la última parte de la frase que el entrevistado acaba de decir denota interés, ausencia de juicios y ayuda a continuar hablando. Toda entrevista debe ser preparada con antelación y preparar las preguntas clave de antemano. Así mismo, la memoria es poco fiable, de manera que no desdeñemos la posibilidad de tomar notas, procurando no perder el contacto ocular.

Establecer objetivos claros

Antes de comenzar cualquier sesión de coaching, es crucial establecer objetivos claros y específicos. Estos objetivos deben ser alcanzables y relevantes para el cliente, y servir como la brújula que guiará la sesión hacia resultados tangibles.

Para preparar un buen coaching es imprescindible formular preguntas adecuadas. El coach debe ser consciente de que la finalidad de la entrevista es obtener información específica y, por lo tanto, debe motivar al entrevistado para conseguirlo. Para ello, es importante partir de un guion, tener en cuenta que las preguntas sean positivas, se refieran a conceptos únicos y empleen el lenguaje adaptado al entrevistado.

Conocer al cliente y sus necesidades

Cada cliente es único, con sus propias experiencias, desafíos y aspiraciones. Antes de la sesión, dedica tiempo a conocer a tu cliente en profundidad. Realiza una entrevista inicial, revisa cualquier información proporcionada por el cliente y reflexiona sobre tus observaciones previas para comprender mejor sus necesidades y motivaciones.

El coach debe procurar que la relación con su cliente sea siempre cordial. Tiene, por ello, la responsabilidad de establecer un buen rapport, lo que no significa que tenga que establecer una relación de amistad. La calidad de este rapport permite que la comunicación sea clara, franca y abierta sin perder seriedad y trascendencia. Por lo tanto, es importante que el primer contacto transmita, por parte del coach, confianza y seguridad.

Planificar la estructura de la sesión

Una sesión de coaching efectiva requiere una estructura clara y coherente. Define los temas que se abordarán durante la sesión y organízalos de manera lógica y progresiva. Esto ayudará a mantener el enfoque y la dirección de la conversación, maximizando el tiempo y los recursos disponibles.

Controlar el desarrollo de la entrevista, pero no tiene nada que ver con la fuerza o el dominio. Más bien se trata de dirigir, de manera que el coach emplee la habilidad para motivar y conseguir que el cliente responda a las preguntas con algo más que un sí o un no.

Crear un ambiente propicio

El lugar donde se lleve a cabo la entrevista con el cliente debe ser agradable y confortable, por lo que es importante tener en cuenta algunos aspectos:

  • Habitación: Debe estar ordenada y libre de objetos superfluos que dispersen la atención. Es recomendable que haya lugares donde se puedan depositar los abrigos y otros enseres personales.
  • Iluminación: Clara y cálida, sin llegar a ser deslumbrante, para que coach y cliente puedan verse perfectamente.
  • Mesa: Se recomienda que no sea demasiado grande, ancha o alta, pues da la sensación de distanciamiento. Debe permitir que el coach transmita proximidad y comprensión mediante la actitud de su cuerpo.
  • Sillón: Tanto el sillón del coach como el del cliente deben ser cómodos, y la altura de ambos ha de ser la misma, para no transmitir una sensación de superioridad de uno sobre el otro.

Cuando no haya mesa, es importante cuidar la posición y orientación de los asientos. Así, no es recomendable utilizar sofás de dos plazas, ya que se tiende a mirar de frente, dificultándose así la comunicación entre coach y cliente. Además, la postura del cuerpo puede llegar a ser incómoda por los constantes esfuerzos para poder mirarse. Es mejor utilizar un sofá de tres o más plazas, que permiten distanciarse un poco y orientar mejor el cuerpo u ocupar dos sillones independientes y colocarlos en un ángulo de 45 a 60 grados.

Prepararse mental y emocionalmente

Como coach, es importante que te prepares mental y emocionalmente para cada sesión. Dedica tiempo a reflexionar sobre tu propia mentalidad y estado emocional, asegurándote de estar en un espacio receptivo y abierto para tu cliente. Practica la empatía y la escucha activa, y mantén una actitud de apertura y curiosidad durante toda la sesión.

Sin obsesionarnos con ninguno de ellos, todos los elementos que hemos enumerado, sumados a una buena preparación y experiencia, serán vitales a la hora de garantizar una sesión de coaching que cumpla con los objetivos marcados. Quizás no siempre se den las circunstancias para cumplir con todos estos requisitos, pero en la medida que podamos cumplir con la mayor parte de ellos o renunciar a alguno de manera consciente, tendremos muchas posibilidades que el coaching resulte un éxito.

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