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Las infiltraciones en rehabilitación

Las infiltraciones en rehabilitación

En la entrada de este mes vamos a ver qué son las infiltraciones durante un periodo de rehabilitación. Dentro del proceso de recuperación de una lesión, se puede dar el caso que el médico proponga la utilización de estos medicamentos como complemento a la rehabilitación o como variante de tratamiento.

¿Qué son las infiltraciones?

Las infiltraciones consisten en la aplicación de medicamentos mediante una inyección en la zona lesionada (se suelen realizar en articulaciones o en tendones). Normalmente, se realizan para aliviar el dolor del tejido o zona donde el paciente refiere molestias. En algunos casos, las infiltraciones también se realizan para acelerar los procesos de rehabilitación.

Al realizarse mediante una inyección de manera local, la efectividad de la aplicación es mayor que si se realizara la administración de la medicación por vía oral. La mayoría de veces que se decide aplicar las infiltraciones en un periodo de rehabilitación, estas inyecciones están compuestas de medicamentos analgésicos. En algunos casos si el dolor cursa de manera simultánea con alguna patología inflamatoria, también se puede administrar corticoides durante la infiltración

En otro tipo de infiltraciones, en la que no existe dolor, el objetivo de las mismas es acelerar un proceso de recuperación, ya sea después de una cirugía o después de una lesión. A este tipo de acciones se les conoce como administración de factores de crecimiento. Esta técnica consiste en la realización de una extracción de sangre del propio paciente para su posterior filtrado y separación del plasma rico en nutrientes (factores de crecimiento plaquetario).

Una vez se han separado dichos elementos, se podrece a realizar la infiltración en la zona lesionada, normalmente suele ser en una articulación (hombro, muñeca, rodilla, tobillo) o en algunas tendinopatias inflamatorias o degenerativas (aquilea, rotuliana, epicondilitis.). Mediante la inyección de este plasma, se consigue un aumento del efecto fisiológico de reparación de tejidos, mejorando, en la mayoría de casos, la sintomatología del paciente y reduciendo el plazo de recuperación.

Este tipo de infiltración es muy habitual en deportistas profesionales, pero debido a su facilidad para la rehabilitación de lesiones, este tipo de infiltraciones se realizan desde hace varios años en muchos centros hospitalarios y clínicas en pacientes muy diversos.

¿Cuántas infiltraciones son recomendables?

Esto puede variar en función de la patología que se esté tratando y del tipo de paciente, pero según especialistas en medicina no se deben realizar más de 3 ó 4 infiltraciones por articulación al año. También se recomienda que entre infiltraciones se tiene que dejar un periodo de unas dos semanas. Después de cada infiltración, el paciente deberá guardar reposo entre 24 y 48 horas. Es posible que durante las primeras horas el dolor pueda aumentar levemente.

Dependiendo de la patología y la de la cronicidad de la misma, con una o dos infiltraciones,   y con el tratamiento de fisioterapia adecuado se puede conseguir recuperar la lesión. Si bien es cierto, la decisión de realizar este tratamiento siempre será del paciente previa recomendación del médico.

No se debe abandonar la rehabilitación

Decidirse por tratar una patología con infiltraciones, puede alterar la programación en la recuperación propuesta por el fisioterapeuta. Éste deberá hablar con el médico encargado de las infiltraciones para acordar un nuevo tratamiento que sea complementario. Es importante que el paciente entienda que la rehabilitación no se debe dejar y esperar que únicamente con la infiltración se consiga la plena recuperación de la lesión.

Después de la infiltración es posible que los primeros días, se deba bajar la intensidad de los ejercicios o que haya ejercicios que provoquen más dolor que otras veces.

Precauciones con las infiltraciones

Como todo tratamiento, se deben tomar una serie de precauciones, o al menos tener presente una serie de consideraciones a tener en cuenta.

La primera de todas es vigilar con las alergias. Para algo simple, pero no debemos olvidar que se están inyectando medicamentos en el organismo, por lo que el paciente de saber que no es alérgico a dichos medicamentos. Otro punto a tener en cuenta es que si se es diabético, los corticoides pueden alterar el nivel de azúcar en sangre, de manera temporal.

También existe un riesgo, que es mínimo, de infección debido a la inyección, por lo que es importante que esta técnica se realice por un médico, suelen ser traumatólogos o reumatólogos los que más dominan esta técnica, y que se realicen en un entorno aséptico.

En personas deportistas se debe tener en cuenta que la infiltración reduce el dolor pero no elimina la lesión, por lo que competir con infiltraciones puede provocar que la lesión aumente y alargue el tiempo de recuperación.

Para finalizar

Para acabar esta entrada hay que recordar que esta técnica siempre la debe llevar a cabo un medio especialista. Que la infiltración no sustituye a la rehabilitación, son procesos complementarios; el médico puede proponer su aplicación y que el paciente es el que debe decidir si acepta el tratamiento. Y, por último, antes de someterse a una infiltración, hay que conocer los efectos secundarios y las precauciones anteriormente explicadas.

¿Alguna vez te has sometido a una infiltración? ¡Explícanoslo!

Bibliografía

Gerardo Urbano

Diplomado en fisioterapia y licenciado en ciencias de la actividad física y el deporte. Está especializado en el campo de la salud, la recuperación funcional y el mantenimiento y mejora de la condición física.