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Riesgos en el proceso de coaching: ¿puede haberlos?

Riesgos en el proceso de coaching: ¿puede haberlos?

Escrito por Joan Bertran

¿Conoces todos los riesgos que puede haber en un proceso de coaching? En el blog de hoy los tratamos en profundidad. ¿Quieres saber más sobre esta disciplina? ¡Fórmate con uno de nuestros Cursos de Coaching! Echa un vistazo a nuestra oferta académica y escoge el camino que mejor encaje con tus metas personales y profesionales.

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Qué son los riesgos en el proceso de coaching y cuáles son

¿Existen riesgos en el proceso de coaching? Es lógico que, si quieres prepararte en el ámbito o asistir a alguna sesión con un/a especialista, te preguntes acerca de cómo funciona este proceso. La información nos transmite seguridad, por este motivo en este blog queremos ofrecerte todos los datos posibles acerca de la técnica del coaching.

Como en cualquier otra actividad, esta disciplina puede encarnar alguna amenaza si no se hace con profesionales certificados y con experiencia. Para evitar que te enfrentes a este tipo de problemáticas, y que sepas resolverlas en el caso de que aparezcan, te mostramos algunos de los riesgos en el proceso de coaching.

Falsa seguridad

Uno de los riesgos en el proceso de coaching, y quizás el principal, aflora en el momento en el que el coachee, después de conocer sus necesidades de mejora y las técnicas para su realización, comienza a albergar la falsa seguridad de que con eso ya es suficiente. Pensará que, una vez detectados los problemas y las posibles soluciones, será un juego de niños cambiar las cosas y hacerlas bien desde el principio, prescindiendo del proceso de coaching y, por consiguiente, del apoyo del coach.

Para evitar esta situación puede ser de gran ayuda explicarle al cliente la evolución que se suele realizar en el proceso de coaching. En la mayoría de los casos, la persona que recorre el siguiente itinerario:

  • Fase de dependencia. Inicialmente, el coach suele ser contratado porque el cliente piensa que puede mejorar su vida mediante la obtención de una perspectiva más amplia y completa que le aporta otra persona. El coach, entonces, a partir de la decisión mutua, acompaña al coachee estableciendo una relación de confianza y un marco de referencia para el cambio.
  • Fase de antidependencia. Pasado cierto tiempo, tras haber realizado algunas sesiones en las que ya se han detectado algunos aspectos a cambiar y posibles soluciones, el cliente puede pensar que ya tiene interiorizadas las competencias necesarias para seguir por su cuenta sin ningún apoyo externo. Este es seguramente el momento más crítico en el proceso de coaching, ya que el cliente tiene su diagnóstico más o menos delimitado, conoce parte del tratamiento a seguir y cree que puede aplicárselo por sí mismo.
  • Fase de independencia. Una vez se supera la fase de antidependencia, las competencias requeridas para la situación que preocupaba al comienzo del proceso pueden obtenerse por medio del trabajo continuado. En este momento los contactos con el coach pueden empezar a ser mucho menos frecuentes y el cliente va ganando progresivamente en seguridad y eficacia.
  • Fase de autonomía. El cliente consolida los nuevos hábitos, llegándolos a interiorizar eficazmente. El avance en el proceso, o éxito del mismo, se manifiesta en la mejora de su situación personal y su relación con los demás.

Selección del coach

Escoger a un buen o mal coach condicionará por completo la experiencia que tengas en la materia. Así pues, si buscar elegir a un profesional para acompañarte en el camino, es fundamental que tengas muy presente los siguientes criterios:

  • Experiencia demostrable. Buscar siempre a una persona que tenga una buena reputación ofrecerá al coachee unas mayores garantías.
  • Formación en la materia. Un coach que disponga de formaciones diversas en la materia, así como sus correspondientes acreditaciones, contará con conocimientos que estén respaldados.
  • Especialidad. Los coaches pueden especializarse en áreas concretas, así pues, buscar a una persona centrada en aquella materia en la que la persona quiera trabajar será una excelente idea. Por ejemplo, en Deusto Salud te ofrecemos áreas de especialización como: Curso de Coaching Nutricional, Curso de Coaching e Inteligencia Emocional o Curso de Coaching Deportivo.

Factores que desencadenan riesgos en el coaching

El coaching, como sabemos, es un proceso en el que intervienen al menos dos personas, encarnadas en las figuras del coach o profesional y el coachee o cliente. Como en cualquier relación humana, existen factores que se escapan de nuestro control y entrañan ciertos riesgos en el proceso de coaching. Algunos de los aspectos desencadenantes de este tipo de amenazas pueden ser:

  • Ausencia de investigación a la hora de seleccionar al coach. Es importante encontrar a una persona con una formación acreditada y con experiencia en la materia, un coach que no sea competente hará de esta experiencia algo negativo.
  • Falta de confianza por parte del coachee. La conexión entre coach y coachee debe estar siempre presente, si esto falla, las técnicas de esta disciplina harán aguas.
  • Objetivos mal marcados. En una sesión de coaching, el coachee debe trasladar al coach con la mayor claridad posible las metas que quiere alcanzar con las sesiones. De lo contrario, puede que el proceso acabe llevando al coachee a unos derroteros en los que no está interesado y que, por lo tanto, no le van a aportar nada de cara a su crecimiento personal y profesional.

Cómo abordar estos riesgos en el coaching: soluciones

Para abordar los riesgos del proceso de coaching te recomendamos que bucees en esta disciplina y te atrevas a conocerla un poco más de cerca para familiarizarte con sus técnicas y desterrar los conceptos erróneos que puedas tener sobre ella. Román y Ferrández destacan en su libro Liderazgo y coaching algunos conceptos preconcebidos por muchas personas acerca del coaching.

Un ejemplo de estos puede ser que no todo el mundo puede recibir coaching. Si alguien no responde bien al proceso de coaching, es importante analizar el porqué, para modificar la estrategia y adaptarla a las necesidades de la persona. Además, en el caso de que siga sin funcionar, también puede ser una buena opción buscar a otro profesional con el que encajar mejor.

Además de familiarizarte con las técnicas del coaching, también es fundamental de cara a prevenir riesgos, que el coachee y el coach estén comprometidos y establezcan una relación de seguridad y confidencialidad sin fisuras.

La confianza mutua entre el coach y el coachee resulta esencial para el progreso y el desarrollo del proceso de coaching.

Son muchos los beneficios que puede aportar el life coaching. Para obtener estas ventajas y evitar los riesgos en el proceso de coaching también es clave definir unos objetivos claros y realizar un seguimiento constante de las diferentes etapas por las que atraviesa el coachee hasta alcanzar sus metas.

¡Fórmate en Coaching!

Dotarte de competencias en el ámbito del coaching te ayudará a mejorar tu gestión emocional, así como a reducir el estrés y eliminar las barreras autoimpuestas para alcanzar tus metas y seguir creciendo como persona. Además, especializarte en uno de los cursos de Deusto Salud te permitirá ayudar a los que te rodean a perseguir sus objetivos y a sacar lo mejor de sí mismos/as.

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Bibliografía