¿Qué es el cociente emocional y cómo mejorarlo? Las claves

Todos creemos que conocemos las emociones que experimentamos día a día, pero, ¿lo hacemos realmente? Y, llegado el caso, ¿sabríamos regularlas? Esta capacidad de identificación y autorregulación está directamente relacionada con un concepto fundamental en el mundo del coaching: el cociente emocional. En el artículo de hoy explicaremos en detalle en qué consiste, cómo se mide y de qué manera podemos mejorarlo, mediante algunos sencillos consejos.

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Cociente emocional: qué es y para qué sirve

Empecemos por definir el concepto de cociente emocional (CE). ¿A que nos referimos con este término? Se trata de una medida de la capacidad de una persona para reconocer, entender y manejar sus propias emociones, así como las de los demás.

Se diferencia del cociente intelectual (CI) en que, mientras que este se centra en habilidades cognitivas, el cociente emocional abarca un conjunto de competencias emocionales y sociales que repercuten de forma directa en cómo nos comportamos, cómo gestionamos las relaciones sociales y cómo tomamos decisiones personales.

El concepto de cociente o inteligencia emocionales lo popularizó Daniel Goleman en la década de 1990 y contribuyó a ampliar la noción general de lo que significa ser «inteligente».

El cociente emocional resulta esencial para determinar la capacidad de una persona, por ejemplo, para gestionar sus emociones en situaciones de gran tensión o estrés, pero esto no es todo. Entonces, ¿para qué sirve exactamente el cociente emocional? Veamos algunas de sus aplicaciones más importantes:

• Favorece la toma de decisiones, aportando un equilibrio saludable entre razón y emoción.
• Mejora las relaciones interpersonales, al ayudar a entender a los demás y comunicarse de manera efectiva.
• Aumenta el bienestar personal, permitiendo una mejor gestión del estrés y un balance de las emociones a largo plazo.
• Fomenta la flexibilidad, haciendo que seamos más adaptables ante los cambios y ante a aquellas situaciones sobre las que no tenemos control.
• Incrementa la productividad, ya sea a título personal o profesional, al disminuir la procrastinación y la ansiedad, y al favorecer el trabajo en equipo.

¿Cómo se mide el cociente emocional?

Medir el cociente emocional de las personas es un proceso más complejo que la del cociente intelectual, ya que implica evaluar aspectos menos tangibles de la inteligencia humana. No podemos decir que exista una única fórmula o test estandarizado que se haya aceptado de manera universal para medir el CE, aunque sí hay varios métodos y herramientas que se utilizan de manera frecuente en el sector del coaching emocional.

A diferencia del coeficiente intelectual, el emocional no es una medida fija. Es decir, puede mejorarse a lo largo del tiempo, con la práctica.

En la mayoría de estos métodos, lo que se hace es medir algunas áreas o dimensiones principales de la inteligencia humana, desde el punto de vista de las emociones. Esto se hace a través de una serie de pruebas y cuestionarios que miden la capacidad de las personas para reconocer emociones en rostros y situaciones, utilizar emociones para facilitar el pensamiento, comprender cómo las emociones cambian con el tiempo y manejar emociones en uno mismo y en los demás.

Para ilustrar mejor cómo se puede evaluar el cociente emocional de forma práctica, hemos elaborado la siguiente tabla, en la que se muestran algunas de las dimensiones evaluadas habitualmente para medir el CE de las personas:

¿Cómo mejorar el cociente emocional? Nuestros consejos

Llegados a este punto, queremos compartir contigo una excelente noticia: el cociente emocional es una habilidad que se puede cultivar y, por lo tanto, mejorar con el tiempo y la práctica. Esto quiere decir que, si ahora consideras que tu cociente emocional está un poco bajo, no es una garantía de que esto seguirá siendo así eternamente. ¡No desesperes!

Si necesitas motivación para poner manos a la obra, conocerte a ti mismo/a y entrenar tu inteligencia emocional, ten en cuenta lo siguiente. Mejorar nuestro cociente emocional no solo nos beneficia a nivel personal, sino que también puede tener un impacto positivo en nuestra vida profesional y en nuestras relaciones. ¿No crees que merece la pena?

Aquí te presentamos algunos consejos prácticos para que elevar tu inteligencia emocional sea mucho más sencillo de lo que crees:

• Practica la gratitud. Nuestro bienestar emocional puede llegar a decaer de forma notable si no apreciamos las cosas que tenemos en nuestra vida. Agradecer aquello con lo que ya contamos es una manera de valorar el presente y aumentar la felicidad, al dejar de focalizar nuestra atención en aquello que aún no tenemos o hemos perdido.
• Aprende de los errores. Los fracasos forman parte de la vida y, si en lugar de entristecernos o culparnos, aprovechamos la situación para aprender valiosas lecciones, pueden suponer un importante estímulo para el crecimiento personal.
• Cultiva relaciones positivas. Ninguna persona es una isla es una frase común que demuestra lo valiosas que son las relaciones interpersonales para nuestro bienestar emocional. Comunicándonos de forma eficiente, podremos aumentar nuestra felicidad y resolver conflictos de manera saludable.

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