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Los tres tesoros del taichí

Los tres tesoros del taichí

Escrito por Joan Bertran

La conjugación de la esencia (jing), la energía (qi) y el espíritu (shen) es uno de los conceptos fundamentales de la tradición taoísta en China. Recibe el nombre de san bao, los tres tesoros, las tres joyas o los tres fundamentos y se refiere a la unión intrínseca y la relación permanente de estos principios esenciales en la vida de cualquier ser humano.

Qi o energía vital en taichí

El qi es la energía vital universal que se condensa en todos los seres vivos de la naturaleza. Se trata del elemento fundamental en la creación del ser humano y el combustible que promueve su desarrollo y existencia vital.

Según el traductor de textos taoístas Thomas Cleary, el maestro Lu Tungpin (796-905 a. C.) sintetizó el concepto de la energía vital de la siguiente manera: «En el cielo, la energía es sustancia y forma, yin y yang, el movimiento del sol, la luna y las estrellas, el proceso creciente y menguante, nubes, niebla, neblina y humedad, es el corazón del ser, evolución y desarrollo. Sobre la Tierra, es poder, combustible, la médula de miles de seres, la fuente de los ríos de las montañas, es la vida y la aniquilación, activación y acumulación, es el pasaje del tiempo, florecimiento y declinación, ascendente y descendente. En los humanos es energía, movimiento físico, actividad, hablar y percibir, el uso del cuerpo, la conexión entre la muerte y la vida».

Jing, la esencia

También mencionado como esencia o vitalidad, jing se refiere a la sustancia fundamental que crea el cuerpo y mantiene sus funciones esenciales, la materia prima o fuente vital de la que se crea todo en la naturaleza. Etimológicamente, se define como «grano de primer orden», pero su concepto va mucho más allá, ya que a través de su transformación surge la vida. Según la tradición china, el jing se clasifica de dos formas:

  • Jing innato: Se define como el origen de la transformación que permite la creación e individualización del qi. Se transmite por los padres en el momento de la concepción y sirve de base para crear al organismo e iniciar las funciones vitales.

 

  • Jing adquirido: Se refiere a las transformaciones metabólicas que dependen del qi y lo transforman. Se desarrolla a partir del nacimiento y está relacionado con el estilo de vida, específicamente con la esencia que se absorbe a través del aire y los alimentos.

Según este concepto, la esencia del jing acompaña a cada ser humano desde la concepción, lo hereda de sus ancestros y le permite convertirse en un ser independiente. Sin embargo, también tiene la capacidad de potenciar su jing a través de sus decisiones y su estilo de vida. El taoísta Lu Tungpin condensó la definición del jing de la siguiente manera: «En el cielo, la vitalidad es como la Vía Láctea, es la luz del sol, la luna y las estrellas, es la lluvia y el rocío, la nevisca y el granizo, la nieve y la helada. Sobre la Tierra es agua, arroyos, ríos, océanos, vertientes, manantiales, estanques y pantanos. En la gente es vitalidad, la raíz de la esencia y la vida, el cuerpo de sangre y carne».

Shen o espíritu

El shen, o espíritu, es la conciencia que dirige y controla la energía del cuerpo. Se define como la conciencia organizadora que se expresa a través de las distintas funciones del organismo y que le permite adaptarse y comunicarse con el entorno. Según la tradición china, el shen se manifiesta a través de cinco formas esenciales:

  • Shen: Relacionado con el corazón. Su función consiste en estructurar el psiquismo y el ser humano en su totalidad. Es el responsable de mantener la coherencia de los diferentes aspectos de la personalidad y está vinculado a las manifestaciones más elevadas de la inteligencia humana.

 

  • Hun: Relacionado con el hígado. Se encarga de la planificación de los proyectos y la gestión del inconsciente. Básicamente, se trata de la fuerza que desencadena el impulso necesario para llevar a cabo cada acción. A menudo se relaciona con el lenguaje, el instinto, las pasiones y la imaginación.

 

  • Po: Relacionado con el pulmón. Se comprende como la parte más instintiva de la conciencia y se encarga de escoger las reacciones más adecuadas ante los diferentes estímulos del entorno. Se manifiesta a través de los instintos primarios y el instinto de conservación o supervivencia.

 

  • Yi: Relacionado con el bazo. Está estrechamente vinculado al registro de las experiencias, su clasificación, conservación y reformulación. Se encuentra muy unido a la memoria, a través de la que gestiona la capacidad de integrar y reproducir las experiencias cotidianas. Se le considera la base del aprendizaje.

 

  • Zhi: Relacionado con los riñones. Responde a la fuerza de voluntad y la determinación para llevar adelante las actividades. Resulta indispensable para ejecutar un propósito sin distraerse en el entorno. Está muy unido a la autovaloración y la autoestima.

 

En la medicina tradicional china, los tres tesoros ocupan un lugar esencial en el origen de la vida. Cada uno de ellos aporta un elemento indispensable para el desarrollo de la individualidad y de las funciones vitales.

¿Cómo crees que influye el taichí en el mantenimiento de estos tres tesoros? ¿Qué otras prácticas crees que ayudarán al equilibrio de los tres tesoros?