Salabhasana: por qué debes practicar esta postura de yoga
El saltamontes o salabhasana en sánscrito, forma parte del grupo de posturas de arqueamiento o flexión hacia atrás, al igual que el arco, el camello o el pez. En función del tipo de yoga que practiquemos, priorizaremos unas posturas respecto a otras, pero podemos afirmar que una salabhasana bien ejecutada puede realizarse en la mayor parte de prácticas.
Tabla de contenidos
Las posturas de arqueamiento en el yoga
En las flexiones hacia atrás o arqueamientos, la cadena muscular anterior del cuerpo se estira. Las raíces nerviosas motoras se descongestionan y alargan. La musculatura posterior del cuerpo se tonifica. Estas posturas son de naturaleza expansiva. Al abrir el pecho y animar la inhalación, se asocian con actitudes de apertura hacia la vida. Al trabajar contra la gravedad, requieren fuerza y energía.
A nivel físico se estira la musculatura abdominal y se tonifican y fortalecen los músculos de la espalda. Los nervios que se encuentran entre los espacios intervertebrales se descomprimen. Esto beneficia todo el cuerpo, ya que estos nervios irradian hacia todos los órganos y músculos.
La práctica equilibrada de flexiones hacia atrás y hacia delante puede corregir defectos posturales y desequilibrios neuromusculares o de la columna vertebral. De todas maneras, las personas con lordosis lumbar (excesiva curvatura de la parte inferior de la columna) deben evitar la mayor parte de este grupo de posturas. Como con el resto de asanas o posturas, es importante realizarlas con el adecuado control y sincronización de la respiración, de manera que todo el grupo de músculos trabaje uniformemente.
Salabhasana paso a paso
Como otras posturas aparentemente simples, salabhasana presenta en realidad mucho más interés y desafío de lo que nos podamos pensar a primera vista. Vamos a describir cómo sacar el mayor provecho de esta postura, paso a paso:
- Estírate boca abajo con los brazos a los lados del tronco y la frente contra el suelo. Junta los dedos gordos de los pies para rotar los muslos hacia dentro y activa los glúteos de manera que el coxis presione hacia el pubis.
- Al exhalar levanta la cabeza, la parte superior del torso, los brazos y las manos, alejándolos del suelo. Mantendrás el apoyo en las costillas inferiores, el vientre y la parte frontal de la pelvis. Activa los glúteos y presiona hacia los talones para estirar la parte posterior de las piernas. Mantén los dedos gordos de los pues unidos.
- Levanta los brazos de manera que queden en paralelo respecto al suelo y estira activamente hasta los dedos de los pies. Imagina que hay un peso presionando por atrás sobre la parte alta de tus brazos y haz fuerza hacia el techo en oposición a esta resistencia. Presiona firmemente tus escápulas hacia atrás.
- Lleva la vista hacia delante o ligeramente hacia arriba, sin levantar en exceso el mentón de manera que no generes molestias en la zona cervical.
- Mantén la postura de salabhasana entre 30 segundos y 1 minuto. Después déjate ir de nuevo hacia el suelo con una exhalación. Siente una cuantas respiraciones y repite el proceso una o dos veces más si lo deseas.
Profundizando en la postura
Los principiantes a veces tienen dificultades para mantener esta postura. Para facilitar la ejecución podemos situar un apoyo (manta enrollada o cojín cilíndrico) en la zona baja del esternón para mantener el torso elevado. De manera similar podemos sostener los muslos con un apoyo que permita mantener las piernas levantadas.
Los estudiantes avanzados pueden encontrar un grado más de desafío con otra variación de salabhasana. En lugar de estirar las piernas desde la zona pélvica, flexionaremos las rodillas y trataremos de colocar las espinillas perpendiculares respecto al suelo. Después levantaremos el torso superior, la cabeza y los brazos, alejando las rodillas del suelo tanto como nos sea posible.
Sea de una manera o de otra, adaptando la postura a nuestro nivel y estado físico, algunos de los beneficios que nos puede aportar salabhasana son:
- Fortalecimiento de la musculatura que rodea la columna vertebral, los glúteos, la parte posterior de las piernas y de los brazos.
- Estiramiento de la zona de los hombros, el tórax, el vientre y los muslos.
- Mejora de nuestra corrección postural.
- Estimulación de nuestros órganos abdominales, facilitando la digestión.
- Liberación de tensiones y estrés.
Deberemos evitar la práctica de este ejercicio cuando padezcamos lesiones en la zona baja de la espalda o dolores de cabeza. En el caso de lesiones en el cuello deberemos mantener la cabeza en una posición neutra mirando hacia el suelo o incluso apoyar la frente en una manta plegada.
En la disciplina del yoga, por muy importante y beneficiosa que se una postura, no debemos olvidar que cobra sentido como parte de una sesión o rutina. En el caso de salabhasana al tratarse de una flexión hacia atrás se deberá trabajar compensando con flexiones hacia delante.
¿Has practicado alguna vez esta postura? ¿Qué otros arqueamientos clásicos del yoga conoces?
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