Cómo abordar el objetivo en coaching

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Diferentes niveles de objetivos en coaching
En coaching hablamos de objetivos, subobjetivos y metaobjetivos. El objetivo es lo que se quiere lograr. El subobjetivo, cualquier acción compleja que nos permita llegar a cumplir un objetivo. El metaobjetivo es lo que está más allá del objetivo; dicho de otra manera: el objetivo es el qué y el metaobjetivo es el para qué.
Una de las tareas del coach es ayudar al coachee a discriminar estos tres factores. Debe ayudarlo a diferenciar si el objetivo inicialmente marcado es un subobjetivo de otro todavía mayor o si es parte de una instancia todavía mayor. Esto último es importante para que el objetivo perdure a lo largo del tiempo.
Imagina a un cliente afligido que no logra concretar un proyecto para su lugar de trabajo porque no tiene tiempo. Puedes ir acompañándolo inicialmente en este objetivo, aún cuando sabes que probablemente no sea real (la falta de tiempo, normalmente, casi nunca suele ser el motivo), lo importante aquí es recordar que hay que llegar y no cuándo.
El dueño del objetivo y del ritmo es el coachee. Abreviando los pasos que siguen, digamos que en una segunda sesión te revela y te deja claro que no es la carencia de tiempo lo que le impide avanzar en el proyecto, sino el miedo al juicio de su jefe. Tú, como coach, estás de acuerdo con esa observación y le pides que avance por esa dirección. Avanzáis.
Hay que definir un objetivo y el cliente dice algo así como: “mi objetivo es que el juicio de los demás no me altere”. Tú asientes, pero ¿es ese un verdadero objetivo? Los objetivos del coaching deben ser acotados en el tiempo, realistas, bien concretos y ecológicos. El objetivo que plantea el cliente se parece más a un metaobjetivo. Para ayudarlo a redefinirlo, le pides que sea más concreto. Un resultado más preciso sería algo así como “voy a concretar este proyecto en cuatro semanas”.
Persiguiendo un objetivo ecológico
Antes hablábamos del resultado ecológico. ¿Qué es? Pues se trata de un objetivo alineado con la estructura de vida del coachee. Así como en un ecosistema todos los componentes están en perfecto equilibrio, lo mismo debe suceder en el sistema del cliente. En el psiquismo humano intervienen los comportamientos, las habilidades, las creencias, los valores, los rasgos identitarios individuales (¿quién soy?) y los rasgos identitarios sistémicos (el grupo de pertenencia, la familia, ¿quién más soy?) y diremos que un objetivo es ecológico cuando no entra en conflicto con ninguno de dichos factores.
Adicionalmente, diremos que una de tus obligaciones como coach consiste en ayudar a tu coachee a encontrar un objetivo alineado con sus prioridades vitales. Cuando el objetivo, los rasgos de identidad y las necesidades vitales del coachee se alinean, el cliente ve lo que quiere con más claridad, obtiene, por supuesto, mejores resultados y se siente más realizado.
En el camino hay obstáculos, confusiones, callejones sin salida; es muy importante que el coachee se sienta acompañado en este trayecto no siempre definido. Asimismo, es importante que el coachee desee realmente lo que ha planteado; el objetivo que se ha marcado tiene que nacer de un deseo profundo.
Es por ello por lo que tiene que estar alineado con sus valores y con su ecología de vida o prioridades vitales, pero a la vez tiene que ser desafiante y que lo hagan removerse un poco. No siempre es fácil descubrir los deseos profundos ni las necesidades vitales, porque vivimos desconectados de todo lo que no sea obligación y desoímos lo que nos dicen nuestros cuerpos y voces interiores. Para escucharlos necesitamos momentos de pausa, meditación y reflexión que, en general, en estos tiempos es difícil conseguir.
De allí que tu función como coach sea fundamental: con tus técnicas y tu conocimiento acompañarás al coachee para que descubra lo que subyace en las profundidades de su ser y lograrás que sea consciente de ello y que lo utilice a la hora de definir sus objetivos. Una vez que esto se haya logrado, el resto del proceso fluirá como un arroyo en una colina: tu cliente podrá establecer sus prioridades y comprender su interior y logrará ponerse a punto para diseñar un plan de acción y llevarlo a cabo con eficacia.
El cliente necesitará una alta dosis de motivación y energía, debe creer que su objetivo no solo le interesa, sino que lo es todo. Debe estar dispuesto a entregarse y comprometerse al cien por cien, y la mejor forma de que esto suceda es descartar todas las circunstancias que no sean prioritarias. La entrega es fundamental en el proceso de coaching.
¿Habías pensado en la importancia de definir bien un objetivo? ¿Qué elementos más crees que ayudarán a encontrar un objetivo acertado?
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