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La influencia de la filosofía clásica en el coaching

La influencia de la filosofía clásica en el coaching

Escrito por Joan Bertran

Aunque el coaching sea una disciplina de aplicación relativamente reciente, eso no quiere decir que no beba de tradiciones más antiguas. Más bien al contrario, pues son numerosas las influencias que a lo largo de la historia del pensamiento de la humanidad han sedimentado en lo que hoy llamamos coaching. A continuación veremos, concretamente, las raíces del coaching en los filósofos de la época clásica.

Sócrates y el coaching

La figura de Sócrates es la más referenciada cuando hablamos del origen del coaching. Lo cierto es que, como Sócrates, los coaches «ayudamos a que nuestros clientes examinen sus vidas para que merezcan ser vividas». Para conseguirlo, nuestra metodología se basa en el arte de la mayéutica, a través del cual nuestro cliente encuentra su verdad o la verdad (dependiendo de la visión del mundo propio del cliente), con una función práctica para su vida.

Según Sócrates, la mayéutica se basa en la capacidad intrínseca de cada individuo. Es una técnica que se fundamenta en preguntas y mediante la cual la persona llega al conocimiento a través de sus propias conclusiones.

Consideramos que no existe el enseñar, sino solo el aprender, y este surge reconociendo que el conocimiento no está en el coach, sino en los propios coachees (clientes).

En este sentido, el coaching es un recipiente vacío que, cuanto más «abierto» sea, mayor lugar dará al trabajo del conocimiento del cliente. En caso contrario, el coaching será limitado y deficiente.

Otra influencia propia de la filosofía socrática es que ayudamos a que nuestros clientes, en ciertos momentos, sean conscientes de sus incompetencias, para luego estar en mejor posición frente a la consecución de sus objetivos. Saber que no sabemos nada es siempre un punto de partida imprescindible de la buena práctica del coaching.

También, reconocemos la importancia de no confundirnos con los coaches sofistas de nuestro tiempo (que utilizan la persuasión por la persuasión y venden éxito y fama incondicionalmente).

La influencia de Platón

En el pensamiento de Platón reconocemos la estructura de sus diálogos como sesiones de coaching primitivas. Una de las conclusiones más evidentes del análisis de sus diálogos es la importancia de las preguntas como herramienta de trabajo que potencia las conversaciones (diálogos) y que sirven de método para la adquisición del conocimiento en nuestros clientes. Las preguntas poderosas y la escucha activa son las dos herramientas o habilidades más importantes que un coach debe aprender para transformarse en un verdadero catalizador del otro. De hecho, gran parte de la formación en coaching consiste en el desarrollo y el fortalecimiento de estas habilidades profesionales.

Asimismo, como Platón, entendemos la educación como formadora del carácter. Nuestro trabajo consiste en ser catalizadores del autoconocimiento, tanto del espíritu como del cuerpo, la mente, el corazón y las relaciones sociales de nuestros clientes. El conocimiento de uno mismo es el marco a través del cual nuestros clientes pueden acceder a un desempeño extraordinario, producto de un proceso de aprendizaje fuera del alcance técnico y formal. El autoconocimiento se transforma, de esta manera, en la fuente real de todo proceso de coaching.

Platón disentía en algunos aspectos ideológicos de su maestro Sócrates y, sin embargo, entendía el valor de las conversaciones tal como le enseñó su maestro.

Tu trabajo como coach consiste en ser catalizadores del autoconocimiento, tanto del espíritu como del cuerpo, la mente, el corazón y las relaciones sociales de nuestros clientes.

El conocimiento de uno mismo es el marco a través del cual nuestros clientes pueden acceder a un desempeño extraordinario, producto de un proceso de aprendizaje fuera del alcance técnico y formal. El autoconocimiento se transforma, de esta manera, en la fuente real de todo proceso de coaching.

La filosofía platónica también ha aportado al coaching el concepto de educación como una instancia formadora del carácter y el autoconocimiento que se desprende de dicho concepto.

 

El legado de Aristóteles

Es sabido que Aristóteles, como realista, se contrapone diametralmente a la filosofía idealista de Platón. Sin embargo, el coaching consigue integrar las ideas de ambos. Por ejemplo, Aristóteles nos ha enseñado a trabajar principalmente en el aspecto de «apetito intelectivo» (honores, reconocimientos y autorrealización) del hombre. Nos dice, básicamente, que el hombre puede llegar a ser lo que desee.

Podemos pasar del ser, entendiéndolo como «lo que nos viene dado» o primera naturaleza, al deber ser, nuestra segunda naturaleza. Del ser (donde estoy) al deber ser (donde quiero llegar) hay un camino que recorrer, posible y con un n en sí mismo.

Siguiendo en la misma línea, Aristóteles nos ha mostrado que la búsqueda de la felicidad es uno de los motivadores más importantes del hombre, incluso en el siglo XXI.

Finalmente, Aristóteles nos explicó que la metodología básica para llegar a ser lo que debes ser es la acción (hábito), que es una de las dos caras de nuestra moneda como profesión. Sin ella, las sesiones de coaching no tendrían sentido alguno.

 

Por todo ello, aunque el coaching sea una corriente moderna y esté permanentemente en transformación, nunca puede olvidar sus raíces más antiguas y volver a ellas siempre con la idea de aplicarlas a nuestros tiempos.

¿Cuál de los tres grandes filósofos citados te parecen más influyentes en lo que es hoy el coaching? ¿Qué otras influencias añadirías?