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Control, precisión y fluidez en Pilates

Control, precisión y fluidez en Pilates

Escrito por Joan Bertran

Las primeras veces que se practica Pilates suelen hacerse ejercicios con demasiada intensidad y lo único que conseguimos es sobrecargar más el organismo. Saber transmitir los principios de control, precisión y fluidez ayudarán al principiante a tener una buena experiencia y al avezado a no olvidar el camino a seguir.

El principio de control en Pilates

Originalmente, Joseph Pilates denominó a su método Contrology (o ciencia del control) para destacar la importancia de una ejecución controlada en cada movimiento. Esto ya denota la importancia de mantener siempre el control. La mente debe estar activa durante toda la sesión, y habituarla para que actúe de supervisor de todo el cuerpo, de los pies a la cabeza. El control mental es clave para lograr movimientos de calidad. Los movimientos descuidados no proporcionan beneficio.

Para la mayoría de la gente es difícil poner en acción los músculos y controlarlos sin tensarlos. En otras técnicas de fitness se acostumbra a contraer los músculos, aguantar la respiración y concentrarse en el punto de tensión para conseguir los objetivos. En cambio, en Pilates no existen movimientos bruscos ni rígidos.

Eso no quita que en algunos ejercicios de Pilates, sobre todo el avanzado, se requiera de un control total de la ejecución, pues lo contrario podría desencadenar una lesión. Además, con la mala ejecución y repetición a lo largo del tiempo, la lesión podría cronificarse.

Sin el control, utilizaremos siempre los mismos músculos, aquellos que son más fuertes, y los débiles permanecen débiles. Cuando se consigue dominar un ejercicio, el control adecuado permite ejecutarlo más rápidamente y, de este modo, mejorar el rendimiento. El control muscular que se adquiere se trasladará beneficiosamente a las actividades de la vida cotidiana.

El principio de precisión

Ejecutar con precisión un ejercicio constituye también un pilar fundamental del método. Este principio depende directamente del principio de control. Cada ejercicio tiene premisas de movimiento concretas que deben involucrar al cuerpo en su totalidad, y no solamente una zona.

Es primordial que los movimientos se realicen con exactitud, persiguiendo la perfección en cada intento, para alcanzar el objetivo propuesto. Aunque hay multitud de variantes y adaptaciones de los ejercicios de Pilates, cada una posee un patrón de ejecución propio y del cual no podemos salirnos, pues de su correcta ejecución dependen tanto sus beneficios como la prevención de lesiones. Así pues, cada ejercicio tiene un propósito que se consigue solo con la correcta ejecución. 

Al principio puede parecer una tarea complicada, pero con la práctica se van integrando y perfeccionando todos los detalles de la ejecución del ejercicio. Es más importante la ejecución correcta de los ejercicios que el número de veces que se realicen. Los ejercicios de Pilates tienen marcado un número máximo de repeticiones. Si se hacen correctamente, su eficacia hace innecesario incrementar el número de veces que se repitan.

Los movimientos más pequeños y precisos obtienen mayores resultados. Frecuentemente se busca alcanzar la sensación de cansancio tras una clase, con la falsa idea de que si acabamos la clase rendidos es que hemos trabajado más. Pero en Pilates se da prioridad a la calidad frente a la cantidad: Más es menos.

El principio de fluidez

La fluidez en Pilates se refiere a que los ejercicios deben realizarse con una continuidad suave e ininterrumpida de movimientos, sin cabida para los movimientos entrecortados o bruscos que pueden conducir a lesiones. Cada ejercicio tiene su propio ritmo, que debe ser respetado. Unos ejercicios precisan de una ejecución más rápida, y otros, más lenta. Hay que esforzarse en lograr fluidez en los ejercicios para conseguir la máxima efectividad del método.

Cuando se dominan mejor los ejercicios se puede prestar mayor atención a las transiciones para crear una sensación de fluidez general en el conjunto de la sesión. El paso de un ejercicio a otro también debe ser suave y natural. Ello significa que el final de un ejercicio se debe fusionar con el principio del siguiente, intentando conseguir que los puntos de unión sean imperceptibles realizando el mínimo movimiento entre cada uno. El objetivo es crear una secuencia de ejercicios encadenados, sin pausa de movimiento entre ellos.

Un programa de entrenamiento o clase de Pilates debe estar diseñado de tal forma que fluya a través de transiciones suaves que permitan la continuidad consciente del movimiento. A medida que aumenta la práctica, se completará una sesión de ejercicios en menos tiempo, pero nunca hay que olvidar el principio de control. El principio de fluidez sintetiza a todos los anteriores. Si se controlan los movimientos, iniciamos el movimiento desde el centro, respiramos adecuadamente y nos movemos con precisión y concentración, el resultado será un movimiento fluido.

¿Cuál de estos principios te parece más importante para la práctica del Pilates? ¿Hay alguno de ellos que te haya sido especialmente difícil de aplicar a ti directamente o en alumnos? Explícanos tu experiencia.