Diferencias al practicar Pilates con niños y ancianos
El método Pilates puede aplicarse tanto en niños como en la tercera edad, siempre que tengamos en cuenta las adaptaciones necesarias.
Tabla de contenidos
Pilates en la infancia
En el caso de los niños, el enfoque suele centrarse en ayudarles a desarrollar una mayor conciencia de su propio cuerpo y a favorecer la relajación y la concentración. De esta forma, el niño puede mejorar tanto aspectos de su psicomotricidad y propiocepción como aspectos cognitivos, al favorecer su memoria y concentración, y finalmente conductuales, ya que al mejorar su estado de relajación se reducirán sus niveles de estrés.
- En primer lugar, en la práctica de Pilates, aunque estemos trabajando con niños de las mismas edades, entre ellos pueden existir notables diferencias, que siempre hay que tener en cuenta a la hora de programar una actividad para un grupo.
- En segundo lugar, en general, cabe partir de la base que los niños se concentran durante períodos de tiempo breves, por lo que mantener posiciones demasiado prolongadas puede resultarles muy difícil si no imposible. Además, pueden aburrirse fácilmente.
A la hora de tener en cuenta las precauciones necesarias, aparte de enfermedades concretas específicas de cada niño, o de un colectivo especial de niños, no hay contraindicaciones generales, aunque cabe tener en cuenta, sobre todo dependiendo del grupo, que no se hagan daño haciendo piruetas o ejercicios inventados por ellos mismos y que puedan resultar contraproducentes.
Trabajar con niños es algo muy especial y muy distinto a trabajar con adultos. Para ellos es fundamental que lo que estén realizando tenga un carácter divertido o lúdico, ya que de lo contrario a menudo pierden todo interés. El monitor debe tener ciertas aptitudes para manejar a estos grupos, ha de tener paciencia y comprender que para ellos la mejor forma de aprender es jugando. El monitor debe crear un modelo de interacción específico para trabajar con niños. Por todo ello, es recomendable no empezar con grupos demasiado grandes.
En principio los niños no precisan de adaptaciones especiales, aunque esto depende siempre de la edad. Cuanto más pequeños, más dinámica tiene que ser la clase y más parecida a un juego, y a medida que son mayores se pueden ir reduciendo los juegos y centrarse en los movimientos y la propiocepción.
Por lo que respecta al uso de materiales, con los niños no se utilizan materiales para mejorar o intensificar los ejercicios, sino más bien materiales divertidos que, como ya se ha apuntado, permitan convertir la práctica en un juego. Debe evitarse que utilicen dichos materiales sin atención rigurosa del monitor, dado que podrían hacerse daño a sí mismos o a otro niño del grupo.
Pilates en la tercera edad
Las personas de la tercera edad están especialmente interesadas en conservar y mejorar su salud, sobre todo en lo relativo a su movilidad y a la minimización del dolor. Por tanto, el enfoque, cuando se trabaja con este colectivo, ha de dirigirse a mantener, mejorar o restablecer la salud, con lo que la principal actuación debe ser una concienzuda labor destinada a mejorar la calidad de vida.
La movilidad de este grupo, aun sin tener ninguna enfermedad, suele ser más reducida que en edades más jóvenes. Lo mismo ocurre con la flexibilidad, la percepción sensorial, la agilidad, la resistencia y la coordinación. Además, el ritmo de estas personas acostumbra a ser más lento en la ejecución de cualquier actividad. Por tanto, es posible que necesiten más demostraciones y más apoyos para poder llevar a cabo las actividades.
A falta de enfermedades específicas, el Pilates no tiene contraindicaciones para las personas de la tercera edad, pero caben ciertas precauciones:
- La práctica no debe cansar en exceso.
- Es muy importante entender que en ningún caso deben forzarse los ejercicios, para evitar posibles lesiones, que en los sujetos de este colectivo podrían tener serias repercusiones.
- La progresión en estas personas también es diferente a la de las personas más jóvenes; no se deben esperar grandes progresiones, y mucho menos en cortos períodos de tiempo.
- Algunas de estas personas pueden sentir vértigos o mareos, y hay que tener mucho cuidado cuando realizan ejercicios para que no dejen caer la cabeza hacia atrás, dado que esto podría producirles mareos, caídas y pérdidas de conocimiento.
- Cuando se trabaja con personas mayores o de la tercera edad es muy útil realizar una valoración previa de cada uno de los componentes del grupo, con el fin de tener muy claro el estado físico de cada uno de ellos, puesto que pueden observarse notables diferencias entre unos y otros.
- En una clase destinada a personas de la tercera edad es muy útil poner especial énfasis en la respiración, en realizar movimientos lentos y lo más simples posibles, en respetar el ritmo y las circunstancias individuales de cada uno de los participantes y en enseñar a cuidar más adecuadamente el propio cuerpo.