Fatiga y recuperación en Pilates
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¿Cómo se manifiesta la fatiga en Pilates?
La fatiga representa un mecanismo de defensa para minimizar la posibilidad de lesiones, y como consecuencia inmediata se produce una imposibilidad física, psíquica u orgánica para continuar una actividad al mismo ritmo que se venía realizando y que en un estado normal es reversible después de un reposo o descanso.
Se consideran varios tipos de fatigas:
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Fatiga psicológica.
Aparece previamente al agotamiento y, como se ha mencionado, actúa como mecanismo de protección contra las lesiones y el agotamiento. Se cree que este tipo de fatiga puede reducir hasta un 40% el rendimiento.
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Fatiga aguda.
Es la adaptación fisiológica a la actividad física. Puede aparecer a posteriori o en la misma sesión de ejercicios. Su duración temporal es corta y se produce en la fase de desequilibrio del síndrome general de adaptación.
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Fatiga subaguda.
Aparece cuando el nivel de exigencia del entrenamiento sobrepasa el nivel de adaptación, sin dar tiempo a la recuperación
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Fatiga post-ejercicio.
Comporta desgaste estructural y merma metabólica.
En Pilates es poco frecuente que se excedan los límites de tolerancia con cargas demasiado intensas; de hecho, en principio esto no debería ocurrir nunca. Si atendemos a algunos de los principios fundamentales del Pilates, estos se alejan de cualquier exceso. Uno de los principios de Pilates más importantes exige que estemos atentos a lo que ocurre en nuestro cuerpo.
La fatiga se debe a un exceso de actividad física que supera los límites o porque no se respetan los descansos, o bien a malos hábitos alimentarios, que incluyen una hidratación incorrecta. Puede producir aumento del ácido láctico, disminución de las reservas de energía, especialmente del glucógeno, así como cambios hormonales, enzimáticos, celulares, etc.
Si persiste durante mucho tiempo, puede producir pérdida de peso, déficit de atención, alteraciones del sueño e irritabilidad. No obstante, cuando una persona presenta síntomas de fatiga con el mínimo esfuerzo, o incluso sin haber realizado ninguno, cabe pensar que puede estar padeciendo alguna enfermedad y, por tanto, es preciso que se someta a una evaluación médica.
Recuperación de la actividad física
Cuando hablamos de recuperación nos referimos principalmente al descanso que nos permita la correcta asimilación del esfuerzo de la actividad, de la nutrición y de la hidratación para restablecer las reservas energéticas. Es evidente que cuanto mejor sea la condición física, más rápida y eficaz será la recuperación. Esta mejora se producirá a medida que progresemos en el entrenamiento e incrementemos la adaptación.
Por lo general, la recuperación se mide mediante el ritmo cardíaco. La recuperación rápida es propia de alguien que tiene una buena condición física, mientras que una recuperación lenta de las pulsaciones indica que el entrenamiento no es el adecuado para el sujeto
En el plano deportivo, después de la actividad se suelen ingerir alimentos para optimizar la recuperación física, en especial hidratos de carbono, con el fin de recuperar las reservas de glucógeno. Como se ha comentado anteriormente, el método Pilates no tiene el mismo nivel de exigencia cardiovascular que el deporte, por lo que el consumo energético normalmente es inferior al de las actividades deportivas.
Además, cabe decir que la actividad de Pilates puede terminar con una relajación, y el cuerpo tiene tiempo de recuperarse del posible esfuerzo realizado. De esta manera, salvo en raras excepciones, el practicante de Pilates no suele necesitar ingerir, al menos de forma inmediata, alimentos para compensar la pérdida energética.
Fatiga crónica y sobreentrenamiento
La fatiga crónica aparece generalmente pasadas 4 semanas. Se debe en gran medida a un desequilibrio en la relación entre los distintos componentes del entrenamiento, la competencia y la recuperación, lo que produce carga residual. Tiene como consecuencia un deterioro orgánico global. Ello supone que existe una relación directa entre la fatiga crónica y el estado de salud general.
Cuando hay una acumulación de fatiga residual, aparecen acumulaciones de radicales libres oxidativos en nuestro organismo. Con frecuencia, la fatiga crónica va acompañada de otros síntomas emocionales, inmunodepresores y de carácter psicosomático que incrementan y agravan el problema. Se diferencia de la fatiga subaguda por la mayor duración y gravedad de los síntomas.
El sobreentrenamiento está íntimamente relacionado con la fatiga, especialmente con la crónica, ya que el exceso de entrenamiento provoca fatiga. Esto puede deberse en gran medida a un programa de entrenamiento inadecuado o a la recuperación del propio individuo. Cuando se produce sobreentrenamiento aparecen diversas manifestaciones: generales, psicológicas, bioquímicas, clínicas y de rendimiento.