Pilates durante el embarazo
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Tipos de practicantes embarazadas de Pilates
Podríamos decir que hay tres tipos de practicantes de Pilates embarazadas. Las primeras son aquellas que ya practicaban Pilates antes de quedar embarazadas. Las segundas son mujeres que comprenden durante el embarazo que quieren tener un mayor contacto con ellas mismas y con el ser que llevan dentro. Finalmente, el último grupo tiene un interés más dirigido hacia una perspectiva terapéutica o higiénico-terapéutica. De todo esto podemos concluir que, en general, el enfoque será bidimensional: por un lado, se centrará en aspectos que lleven a estas practicantes hacia una mayor toma de conciencia y, por otro, buscará una dinámica que beneficie al embarazo, a la embarazada y al futuro parto.
En el caso de las embarazadas lo principal que debemos tener en cuenta a la hora de adaptar la práctica es la transformación corporal que se irá produciendo a medida que avance la gestación. Una de estas modificaciones será la reducción de la capacidad pulmonar. No hay que descuidar que aparecen importantes cambios hormonales y que esto puede afectar al estado de ánimo y a la emocionalidad de las practicantes. Además, en la mayoría de los casos aparecen importantes inquietudes relacionadas con la inminente maternidad, con la salud y bienestar del feto o con el parto.
Precauciones a tener en cuenta
Debemos que tener claro que el embarazo no es una enfermedad. Sin embargo, por ser un momento de cambios en el cuerpo, es útil seguir una serie de precauciones en la práctica del Pilates cuando una mujer está embarazada:
- En caso de hemorragia se debe cesar la práctica y consultar con un médico.
- Después de una prueba de amniocentesis es mejor no realizar ningún ejercicio de Pilates al menos durante una semana.
- En muchos casos aparece cansancio durante el embarazo debido a varios factores. Cuando ocurre esto, es importante que la practicante no realice esfuerzos innecesarios.
- Durante el embarazo se lleva un sobrepeso, y es necesario tenerlo en consideración para evitar sobrecargar los discos intervertebrales.
- Es posible que aparezcan sensaciones de ahogo después de algún esfuerzo. En principio esto no es motivo de preocupación si no aparecen otros síntomas.
- En caso de fecundación in vitro se recomienda demorar la práctica de Pilates hasta que el embarazo esté consolidado.
- A partir de la semana 13 de gestación deben evitarse las compresiones abdominales.
- En el tercer mes de embarazo hay que evitar los ejercicios en decúbito prono.
- En decúbito supino el peso del feto puede presionar algunas arterias abominares, por lo que a partir del quinto mes hay que evitar esta posición o mantenerla poco tiempo.
- En las últimas 6 semanas de embarazo, la hipotensión se agudiza en las posiciones en decúbito supino, por lo que puede ser preciso no realizar ejercicios que obliguen a adoptarlas.
- En caso de que se haya detectado una situación de placenta previa, se puede realizar Pilates con cierta precaución y de forma suave. Además, se deben evitar todas las posturas que requieran esfuerzo. Si aparece el más mínimo sangrado, es mejor cesar la práctica hasta que el médico prescriba lo contrario.
- Las mujeres que no hayan practicado Pilates antes del embarazo deben abstenerse de realizar ejercicios avanzados. Por lo demás, siempre que no haya riesgo de aborto, en cuyo caso es mejor que el practicante lo consulte al médico, si está habituada puede realizar los mismos ejercicios que ejecutaba antes del embarazo, exceptuando los que compriman el abdomen.
Algunas recomendaciones
Es importante entender el ritmo como uno de los factores más importantes a la hora de trabajar con embarazadas. Se producen importantes cambios corporales en muy poco tiempo, lo que lleva en muchas ocasiones a que la mujer se vea obligada a ralentizar cualquier acción que realice. Por tanto, una clase con embarazadas ha de responder a este ritmo. Además, debe procurarse minimizar los esfuerzos basados en resistencia.
La mayoría de los ejercicios deberán adaptarse a la situación de la embarazada, a medida que el embarazo avance. En los primeros 3 meses, especialmente si hay riesgo de aborto, deben evitarse los ejercicios sobre la cabeza, donde se invierte la gravedad. Durante todo el embarazo hay que procurar minimizar cuanto implique fuerza o resistencia. Hay que evitar las contracciones abdominales especialmente a partir de la semana 13. Se limitarán las flexiones hacia delante, siempre evitando la compresión abdominal. Al realizar cualquier ejercicio que implique un giro o torsión, el vientre deberá estar siempre hacia delante. Hay que evitar las pausas respiratorias, tanto a pulmón lleno como a pulmón vacío.
Para este colectivo es muy útil la utilización de materiales, como bandas elásticas, aros, bloques, fitball, cojines y sillas. El objetivo de estos elementos debe ser fundamentalmente evitar que la embarazada realice un esfuerzo innecesario, tanto para la zona abdominal como sobre su espalda. También serán útiles para fijar algunas zonas mientras se realizan los distintos ejercicios, para evitar sobre esfuerzos, malas posturas o simplemente para ayudar en la relajación de una parte del cuerpo. Finalmente, también son útiles para mantener algunas posiciones que sin estos elementos podrían resultar difíciles.