Cómo abordar las emociones en el coaching: claves
La vida está repleta de emociones en cada uno de sus momentos. ¿Cómo abordar las emociones en coaching? Tanto si las dejamos salir con facilidad como si las enterramos para protegernos, en una sesión aflorarán y deberemos plantearnos cómo afrontarlas. ¡Dótate de los recursos para lograrlo con el Curso de Coaching Personal de Deusto Salud! Déjate guiar por los principios de una disciplina que mejorará tu bienestar con una formación flexible y a distancia.
Tabla de contenidos
¿Cuáles son las emociones más comunes a trabajar en coaching?
Si quieres aprender a abordar las emociones en coaching, lo primero que debes saber es que existen numerosas emociones, seguramente infinitas si las mezclamos, buscamos variaciones o matices diferentes entre todas ellas. Aunque el acuerdo no es absoluto, existe cierto consenso en que hay algunas categorías básicas dentro de las que se incluyen otras. ¡Te las mostramos!
- Miedo. Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad, temor, preocupación, consternación, inquietud, nerviosismo, angustia, susto, terror y, en el caso extremo, fobia y pánico.
- Sorpresa. Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber qué pasa.
- Aversión. Disgusto, asco, desprecio, desdén, antipatía y repugnancia. Solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.
- Ira. Rabia, enfado, resentimiento, furia, indignación, acritud, irritabilidad, hostilidad y, en casos radicales, odio y violencia.
- Alegría. Diversión, euforia, gratificación, da una sensación de bienestar, de seguridad.
- Tristeza. Aflicción, pena, desconsuelo, pesimismo, melancolía, soledad, desesperación y, en casos patológicos, depresión grave.
Estas emociones se trabajan en las sesiones de coaching, en las que también se puede explorar con más detalle la finalidad adaptativa de las emociones, podríamos decir que tienen diferentes funciones:
- El miedo tiende hacia la protección.
- La sorpresa ayuda a orientarnos frente a la nueva situación.
- La aversión nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.
- La ira nos induce hacia la destrucción.
- La alegría nos induce hacia la reproducción.
- La tristeza nos motiva hacia una nueva reintegración personal.
Así se abordan las emociones en el coaching
Abordar las emociones en coaching no es tarea fácil. En estos casos, es bueno contar con la ayuda de alguien para aprender a equilibrar. Es en este punto en el que entran en escena las funciones que hace un coach personal. Conoce los cinco puntos clave para aplicar las herramientas que faciliten el desarrollo de las personas que acudan a ti una vez te hayas especializado. ¡Toma nota!
Reconocer y validar las emociones del cliente
Trabajar con las emociones es muy importante, ya que constituyen un aspecto esencial para modificar la conducta. Algunas pautas útiles para analizarlas son:
- Asegurarse de que el/la coachee está preparado para implicarse en la sesión
- Proporcionar un espacio seguro al coachee, para que se sienta libre para hablar de sus sentimientos sin temor a ser juzgado/a.
- Facilitar que las emociones no constituyen la parte dominante de la intervención del coaching, en el sentido que las aborde en la medida que sea necesario, cuando inciden en una cuestión específica de coaching.
- Reconocer las limitaciones al trabajar con emociones, identificándolas pero sin necesidad de analizarlas a fondo.
Es importante que el coach sepa reflexionar acerca de las emociones del coachee y distinga cuando este está expresando sus sentimientos para desahogarse, y no para cambiarlos.
Este enfoque cuenta con las siguientes ventajas: implica que los sentimientos del coachee son aceptables para el coach y, por tanto, normales; permite al coachee reflexionar en lo que realmente significa su discurso personal; demuestra al coachee que el coach está plenamente comprometido y qué está escuchando lo que él está diciendo.
Fomentar un ambiente seguro y de confianza
Es fundamental que cuando acuda ante ti, el o la coachee se encuentre en un ambiente de intimidad, confianza, en el que se fortalezca un vínculo seguro. De este modo, podrás construir un lazo más cercano con el cliente, creando una atmósfera de mayor comprensión. Ten también en cuenta la importancia de desmitificar la relación terapeuta-paciente, empoderando al paciente y haciendo avanzar la relación hacia una mayor mutualidad.
La confianza es algo más que una actitud, es un rasgo esencial para sacar lo mejor de uno mismo y de las personas en las que se deposita dicha confianza. Se trata del punto de partida para comenzar un diálogo interno, reconocer la aportación de los demás, llegar a una visión compartida.
Escuchar de forma activa y utilizar técnicas de gestión emocional
Para abordar las emociones en coaching hay que saber escuchar. Esta acción no implica simplemente estar callado, pues mientras permanecemos en silencio podemos estar pensando en cómo interrumpir a quien habla o en lo que haremos después. Escuchar es aprender a captar realmente lo que nuestro interlocutor quiere comunicar, aunque quizá no sea capaz de expresarlo con palabras.
Impulsar la insatisfacción constructiva es uno de los elementos más importantes de todo el proceso. Consiste en inculcar al coachee una sana insatisfacción para que le sirva de detonante hacia la acción. El coach debe remover viejos condicionantes mentales y ayudar a vencer prejuicios. Éstos son lacras que existen en nuestra mente que incapacitan de por vida a la persona para conseguir un logro en concreto, a veces incluso sin haberlo intentado.
Integrar las emociones en el proceso de coaching
Descubrir la capacidad y oportunidad de mejora implica descubrir en qué áreas se puede crecer, tomar unos parámetros habituales y objetivos que permitan establecer las competencias, vislumbrar el potencial, acompañar en el crecimiento sin ponerle límites. De esta manera podremos avanzar con paso firme en el proceso de coaching, teniendo en cuenta las emociones, conociéndolas, sin negarlas, pero también sin darles un peso excesivo en la sesión cuando nos desvían del objetivo.
Cualidades para un buen feedback emocional
Una vez se avanza en el proceso de coaching, es interesante ofrecer al cliente un feedback. Un retorno que necesita, para ser satisfactorio, de ciertas habilidades como pueden ser la empatía a la hora de transmitir el mensaje, así como claridad y concisión a la hora de hacerlo. También son importantes otras aptitudes como el respecto, la sensibilidad y el enfoque positivo.
¡Hazte experto en Coaching Personal!
Aprende a abordar emociones en coaching con el temario del curso de Deusto Salud. Un contenido avalado por profesionales del sector -Asociación Internacional de Coaching y Mentoring (AICM)- que te permitirá dotarte de las herramientas de coaching personal que te ayuden a darle un giro a tu vida. Además, podrás acreditar tus aptitudes a través de una doble titulación: un diploma propio de Deusto Salud y otro de la Universidad Católica de Murcia.
Prepárate con una formación a distancia, en la que serás tú quien marque los tiempos. ¡Avanza sin pausa pero sin prisa! Lo harás contando con recursos como videoconferencias o role plays, además de con la opción de llevarte esta formación allá a dónde tú quieras con el formato podcast. ¿Vas a la compra? ¿Estás en el gimnasio? ¿Sales a pasear? ¡Escucha las audioclases y refuerza los conocimientos!