La habilidad de vivir el presente a través del yoga
En los tiempos recientes muy a menudo nos encontramos con frases como “vive el momento”, “dirige la atención a cada detalle”, “trata de estar presente como si cada instante fuera el más importante”. Las escuchamos en sesiones de meditación, las leemos en best-sellers de autoayuda o las pronuncia un amigo en forma de consejo. En cualquier caso, no estamos ante un concepto nuevo, sino que en la disciplina del yoga, se cultiva desde hace milenios la capacidad de estar presente. Y esto tiene un nombre en sánscrito.
Sraddha, el concepto de estar presente en yoga
Sraddha es la facultad que te permite estar aquí y ahora. La mente tiene el hábito de divagar. Se mueve de aquí para allá. Te hace estar ausente. La consciencia no está presente. Por lo tanto no tenemos una experiencia verdadera de la mayoría de las cosas que hacemos en nuestro día a día.
Cuando el ser humano mira pero no ve, no está totalmente presente mientras mira. Escucha, pero no escucha. Come, pero no come. Habla, pero no pone atención en lo que habla. La mayoría de cosas se hacen mecánicamente.
La mente debe entrenarse para estar aquí y ahora. Esto es una disciplina, es una práctica. Tanto en los pequeños como en los grandes actos, uno debe aprender a estar presente conscientemente.
Ser consciente, estar alerta, ser meticuloso
La consciencia humana se deposita en las capas de la mente. Cuando la mente está completamente presente, el ser humano está presente. Si la mente no está completamente presente, el ser humano no está presente.
La acción en sí misma es deliciosa y nos aporta experiencia. Los resultados no son necesariamente tan jugosos. Desafortunadamente, las personas tendemos a proyectarnos hacia los resultados futuros, perdiéndose la acción presente.
Las acciones orientadas al resultado están llenas de tensión, ya que en lugar de disfrutar lo que estamos haciendo, solo estamos pensando en lo que conseguiremos. Y si no lo conseguimos, nos frustramos. En cambio, las acciones hechas con la intención simplemente de realizarlas, sin que el resultado sea lo más importante, se desarrollan de manera relajada y nos aportan alegría. La acción en sí misma es alegre. Un maestro de sabiduría dijo: “La alegría está en la acción, el descanso está en la acción, la diversión está en la acción, la acción refresca”.
Una mente que aprende a estar aquí y ahora es una mente con un tremendo poder para percibir. De esta manera, nuestras percepciones se vuelven más claras, el aprendizaje ocurre más rápido. Nos convertimos en una flecha afilada que puede penetrar en cualquier situación y percibir soluciones. Esto permite que la intuición suceda, porque estamos presentes y totalmente alerta.
El potencial de la mente humana llega a su punto óptimo cuando uno aprende Sraddha, vivir el aquí y el ahora. Patanjali, quien escribió uno de los tratados de yoga más importantes hace casi dos mil años, habla de este concepto de estar presnete como Asana. Define Asana como el estado de la mente que es estable y cómodo.
Si somos meticulosos en todo lo que hacemos, no somos descuidados, desarrollaremos esta capacidad. Para crear un hábito, no sirve ser meticulosos en algunos actos y descuidados en otros. Cuando eres meticulosos en el trabajo, la intención está presente, la consciencia está presente, tú estás presente. Cuando tiendes a ser descuidado en cualquier acto, te alejas de estar alerta. La energía que construimos con actos meticulosos queda neutralizada por las acciones descuidadas. Por lo tanto se recomienda que “cuando estás en acción, sé meticuloso; cuando estás descansando, estate alerta; cuando duermes, simplemente sé”.
Gustos y aversiones, un obstáculo para estar presentes
Es normal que nos gusten ciertas cosas y otras no. Tendemos a no ser meticulosos cuando hacemos cosas que no nos gustan. Porque no nos interesa lo suficiente y dejamos de estar alerta, dejamos de ser completamente conscientes de lo que hacemos y ya no estamos presentes. No hay que seleccionar nuestras acciones en base a los gustos o aversiones. Hay que discernir entre quehaceres y no-quehaceres. Lo que tenemos que hacer, lo hacemos con gusto. Lo que no tenemos que hacer, lo dejamos. Respecto a todo lo que “tenemos que hacer”, podemos reestructurar este pensamiento como lo que “me gusta hacer”. Reemplazamos el “tengo que” por el “me gusta”. Con esta reestructuración del pensamiento ocurre un cambio de actitud.
Sea cual sea lo que te toca hacer, que te guste hacerlo. Entonces, puedes ponerle intención, volverte consciente y así estar alerta y focalizado. Esta es la manera de estar aquí y ahora. Sraddha tiene por lo tanto grandes consecuencias para los buscadores de la autotransformación.
¿Has puesto en práctica el estar presente en las pequeñas cosas del día a día? ¿Qué experiencia has tenido? ¿Ha cambiado tu manera de hacer y ver los actos cotidianos?
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