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Llegar a lo más profundo con Yin Yoga

Llegar a lo más profundo con Yin Yoga

Escrito por Joan Bertran

Que el yoga postural, llamado hatha yoga de manera genérica, es una actividad física suave y relajante parece una afirmación obvia. Sin embargo cada vez son más los métodos que promueven un ritmo frenético y sudar hasta la última gota.

 

Qué es el Yin Yoga

En esta línea de escuelas de yoga menos agresivas y más serenas, el Yin Yoga se define como una práctica tranquila y simple. Pero esto, como veremos, no quiere decir que sea fácil ni superficial. Al contrario,  ya que trabaja profundamente en nuestro cuerpo.

Realizar ejercicios más lentos o mantenerlos más tiempo, requiere también mucho esfuerzo. Para ello se emplea algo más que los músculos y se llega hasta los tejidos más profundos del cuerpo, los tejidos conectivos, como los ligamentos, las articulaciones, los huesos y la fascia.

 

Orígenes del Yin Yoga

Existen otras técnicas que pregonan esta idea de mantener los estiramientos durante largo tiempo como lo hace el Yin Yoga. Estas técnicas se han practicado durante siglos en China y Taiwan como parte del sistema taoísta, que se enseñaba junto a técnicas de respiración a los estudiantes de Kung Fu.

 

El Yin Yoga, tal y como lo conocemos hoy en día, fue fundado en los años 70 por el experto en artes marciales Paulie Zink, que basándose en sus conocimientos de yoga y Kung Fu, fusionó algunos aspectos que realzaron el carácter de profundización en los ejercicios.

Los conceptos de Yin, Yang y Qi

El Yin Yoga se basa en los conceptos taoístas del Yin y el Yang, dos principios opuestos y a la vez complementarios que están presentes en la naturaleza. El Yin es el aspecto estable, inmóvil y escondido de las cosas. Mientras que el Yang es el aspecto cambiante, móvil y revelador. Otras polaridades entre el yin y el yang son el contraste entre el frío y el calor, lo que está abajo y lo que está arriba, la calma y la emoción. Si trasladamos estos principios al cuerpo humano, los rígidos tejidos conectivos son yin, mientras que los músculos o la sangre son yang.

 

El Yin Yoga prioriza el trabajo sobre todo los tejidos yin, también conocidos como tejidos conectivos, que responden mejor a cargas de trabajo lentas y estables. Si estiras los tejidos conectivos manteniendo la postura mucho rato, el cuerpo responde haciéndolos un poco más fuertes y largos. Esto requiere que se relajen los músculos alrededor de los tejidos conectivos, lo cual debemos tener presente que no es posible en todas las posturas.

 

Las posturas de Yin yoga también buscan mejorar el flujo de Qi, la energía sutil (conocida como prana en la terminología clásica del yoga). En la medicina china se explica que el Qi corre a través de los meridianos o canales energéticos de nuestro cuerpo (llamados nadis en la tradición yóguica). Se considera que estos canales o meridianos están estrechamente relacionados con los tejidos conectivos. De manera que, si mejoramos el flujo de Qi, promovemos el buen funcionamiento de todos nuestros órganos, el incremento de la inmunidad y un mayor bienestar emocional.

 

Cuatro principios de la postura

Desde la perspectiva del Yin Yoga debemos tener en cuenta cuatro principios fundamentales a la hora de practicar las asanas o posturas de yoga:

1. Hallar el límite: realizaremos movimientos lentos y suaves cuando vayamos construyendo  la postura, para que podamos ser conscientes  de la intensidad adecuada que nos pide y permite nuestro cuerpo, sin  que el estiramiento llegue nunca a causar molestias ni dolor.

2. Quietud: para alcanzar la liberación consciente en la postura debe existir una completa ausencia de movimiento, sin cambiar la posición.

3. Mantener la postura: para conseguir los efectos esperados será necesario permanecer en la asana más de lo habitual en otros métodos. Se recomienda mantener entre 1 y 3 minutos para los principiantes y 5 minutos o más (en función de las sensaciones) para los experimentados.

4. Deshacer con atención: igual que construimos la postura de manera consciente y gradual, evitaremos deshacerla de manera descuidada. Tomamos consciencia como el cuerpo va volviendo a una posición natural, tras la ejecución de la postura.

Beneficios del Yin Yoga

Una práctica regular de Yin yoga nos aportará los siguientes beneficios:

Aumento de la circulación y mejora de la flexibilidad.

Quietud, calma y equilibrio mental.

Reducción del estrés y de la ansiedad.

Relajación profunda.

Liberación de la fascia.

Mayor movilidad articular.

Estimulación de los meridianos, equilibrando los órganos.

 

Con todo ello, vemos que a diferencia de lo que pensamos a menudo, un ejercicio rápido y mecánico deviene superficial, mientras que un trabajo pausado y consciente llegará a lo más profundo de nuestros tejidos. Algunos expertos incluso se atreven a afirmar que cuanto más lento, más intenso. Y que el yoga suave es el más avanzado.

 

¿Estás de acuerdo que practicar un yoga más lento y consciente es más difícil? ¿Qué método de yoga te gusta más practicar? ¿Por qué?

 

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