La repercusión del método Iyengar en el yoga moderno
Entre la diversidad de métodos, escuelas y sistemas que han ido floreciendo en la historia más reciente del yoga, especialmente en su vertiente postural, las aportaciones del maestro B. K. S. Iyengar son de las más influyentes. Aunque no practiquemos su método, ni incluso hayamos nunca oído hablado de él, lo que hoy en día se practica en la mayoría de salas de yoga tiene, en parte, su sello.
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Aportaciones al yoga moderno
A diferencia de otros, el método concebido por B. K. S. Iyengar comienza por la práctica de asana (o postura), ya que es el aspecto en que fácilmente se pueden percibir los beneficios del Yoga. Y esto conecta muy bien con lo que buscan la mayoría de practicantes de hoy en día a nivel global.
Sin embargo, la práctica de la asana no es considerada únicamente como un medio para sostener saludable el cuerpo, sino que se le considera un medio que, al realizarse con devoción e inteligencia, permite alcanzar el objetivo del Yoga, es decir, el crecimiento y la transformación más profunda de nuestro ser. De esta forma, la práctica de asana se convierte ella misma en una senda espiritual que se traduce en la siguiente cita del mismo Iyengar: “El cuerpo es el templo y asana la oración”.
Entendida de esta forma, la práctica de asana en el método Iyengar es altamente rigurosa y precisa. Otros métodos habían puesto menos énfasis en la parte técnica y esto había llevado a practicar las posturas físicas de forma más libre y, en cierta manera, descuidada.
Por la mismo que la propuesta de Iyengar es rigurosa, se convierte en muy segura para la salud (evita forzar el cuerpo y las malas posiciones) y muy entretenida para la mente (nos obliga a mantenernos siempre alerta en cada parte de nuestro cuerpo que interviene en ese momento). Así mismo, las posturas se ensayan de una manera en una clase y de una forma distinta en la siguiente, haciendo que los practicantes aprendan los diversos aspectos técnicos, las raíces culturales y los beneficios que trae cada asana.
Características más extendidas del método Iyengar
Un aspecto que ha trascendido a la mayoría de estilos actuales es la idea de yoga de Iyengar que se basaba en centrarse el alineamiento del cuerpo, a partir del cual se reorganiza la postura física. Gracias a ello, se produce una sinergia entre el sistema músculo esquelético, los sistemas regidos por los órganos internos, el sistema psíquico mental y la intelectualidad.
La práctica de posturas se desarrolla habitualmente con el uso de soportes materiales como bloques, cintas, mantas, cojines y sillas, que hasta el momento se habían despreciado, lo que permite mejorar el despliegue de flexibilidad y fuerza de las personas. El uso de estos implementos contribuye a mejorar las posturas y ayuda a que personas con limitaciones físicas puedan hacer las posturas. De todas maneras, no es de utilidad solamente para personas con dificultades, sino que los practicantes más expertos también encuentran cómo mejorar y avanzar a través del uso de los elementos de apoyo.
Junto la asana, cuando el practicante tiene una mayor experiencia, se introduce el aprendizaje de técnicas de expansión y ralentización de la respiración, o pranayama. Mediante ella, el practicante se introduce en aspectos sutiles del cuerpo y la mente.
Ambas, asana y pranayama, constituyen la llave maestra para comprender y trabajar con los otros aspectos del yoga. Es decir, se profundiza en la integración de los ocho pasos del yoga: las regulaciones previas o código ético dirigido a los demás (Yama), la disciplina hacia uno mismo (Niyama), la interiorización (Pratyahara), la concentración (Dharana), lo que prepara para el ejercicio de la meditación (Dhyana) y, finalmente, conduce al estado de disolución del sí mismo en el todo (Samadhi) o realización.
Finalidad del método
Desde el punto de vista de Iyengar, la finalidad inmediata del yoga es que el practicante alcance crecientes niveles de salud. La salud es el estadio desde el cual se puede aspirar a logros más complejos, como la estabilidad emocional, la focalización y quietud de la mente y la devoción. Su práctica conduce a un alto grado de sensibilidad del cuerpo, a una estabilidad y resistencia emocional y transmite una sensación amplia del bienestar.
A nivel físico, los efectos superficiales del yoga son inmediatos, como la sensación de vitalidad y bienestar. Sin embargo, aquellos más complejos, como la sanación de lesiones, requieren de un período prolongado y constante de práctica personal.
Y, cuando la práctica se ha prolongado en el tiempo y se realiza con pasión, nos conduce más allá del bienestar puramente físico. Produce el despertar de un sentimiento de devoción, humildad y contento con la existencia.